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jueves, 22 de agosto de 2013

IGBC y Dólar: ¿qué muestra la historia?



Bolsa Colombia y Dólar: ¿qué muestra la historia?
La historia de la última década de la Bolsa de Colombia y el dólar nos muestra una relación diciente: ha existido una tendencia inversa, y no es posible tener un alto precio de las acciones, con un dólar apreciado frente al peso. Esto quiere decir, o se tienen acciones altas o se tiene un dólar alto, pero las dos, simultáneamente, parece imposible.

La gráfica siguiente muestra esa relación, y cómo en momentos en los cuales alguna de las variables se desajustó, el tiempo tendió a corregirlo (esa variable generalmente fue el dólar, aunque a finales de 2010 y principio de 2011, la que estuvo desajustada fue el IGBC, y eso explica la caída posterior que tuvo). El desequilibrio más grande fue el de 2008, cuando era evidente que un dólar a $1.700 no era sostenible, y tenía que subir (incluso, de no haberse presentado el evento de Lehman Brothers, el dólar se hubiera ajustado, no tan alto como llegó, pero lo hubiera hecho).


En un momento en el cual la mayoría de analistas esperan una caída del precio del peso colombiano, la pregunta lógica que surge es si el índice IGBC puede seguir subiendo. La respuesta, observando la gráfica anterior, luce evidente: se está generando un nuevo desequilibrio, el cual tarde o temprano debe ser corregido. Si observamos con detenimiento, y suponiendo que el dólar llegue a $2.100; el IGBC debería, según esta relación histórica, ubicarse en niveles cercanos a los 12.000 puntos (o inferiores), relativamente lejos de los 13.650 puntos en los que se ubica actualmente.

Una pregunta lógica es cómo estar tan seguros de que en la tendencia actual es el IGBC la variable desajustada, y no el dólar? La respuesta es relativamente sencilla: las monedas emergentes se están depreciando frente al dólar norteamericano. En la medida que la FED termine sus estímulos y suba la tasa de interés (por allá en 2015), la valorización que vimos de monedas emergentes en los últimos años va a desaparecer. A los inversionistas más inquietos, les debe haber llamado la atención lo que viene sucediendo con monedas de otras latitudes, como la Rupia de Indonesia, la Rupia de India o la Lira turca, todas ellas altamente afectadas recientemente. Si es un inversionista más sofisticado, mire lo que pasa con las monedas de Ucrania, Kazajstán, o más cercanamente, Brasil. Comprobarán que es más fácil que el IGBC corrija a la baja; que todas las monedas del mundo emergente al unísono, al alza.

Una de las frases que vengo acuñando con los inversionistas con los que me siento a discutir estos temas, es que “así como nos quedamos esperando por 10 años un precio del dólar igual al de marzo de 2003, nos vamos a quedar esperando que el IGBC vuelva a los 16.000 puntos que rozó en octubre de 2010”. Para que vean lo que quiero decir, observen con atención la siguiente gráfica:


Es claro que aunque la tendencia sea decreciente, existirán algunos momentos en que el IGBC suba (así como el dólar subió); pero que el inversionista que quiera sacar provecho de la situación tiene que ser activo, y no sólo sentarse y esperar el largo plazo. No por lo menos en las acciones colombianas.

sábado, 17 de agosto de 2013

Mirando con lupa a los EM


Hemos vuelto a lo básico, ya dicho y confirmado por entidades como Goldman Sachs (la cual, quizá, tienen un peso de opinión mayor al mío; por eso, lo que decimos desde hace un mes, ahora sí se va a volver tema de discusión en los círculos de los analistas), sobre lo que debe ocurrir con las inversiones en Mercados Emergentes durante los próximos años: toca revisar con lupa quién es quién, los fundamentales que hay detrás, y las oportunidades que brinda cada uno. Esto era algo inevitable, pues en el nuevo ambiente económico, ya no todos somos tan llamativos como éramos hasta hace sólo unos meses.

Un reciente informe de GS precisamente mostró que durante los últimos años las correlaciones de las monedas emergentes con las desarrolladas han sido particularmente altas (entre 40% a 50%) con las monedas desarrolladas, cuando esa variable era alrededor del 10% antes de la crisis financiera. Pero más llamativo aún, es que en los últimos meses la correlación ha vuelto a bajar. Aunque se mantiene en más del doble de los niveles antes de la crisis financiera, ya está en cerca de la mitad de lo que tuvimos durante los últimos años, en la época de la “danza de los millones”.

En columnas recientes he hecho el llamado a los analistas a mirar con detalle variables como los déficit de cuenta corriente, el aumento en el endeudamiento gubernamental y empresarial (que lo llamo el apalancamiento emergente), y, en general, todas las variables de libro de texto que vuelven a ser altamente atractivas para el futuro.

Esto quiere decir que el lema de “invertir en países emergentes”, deja de ser cierto, y en vez de mirar el bosque, debemos mirar los árboles. Quiere esto decir que debemos salir corriendo de los emergentes? La respuesta es no, pero ahora ya no los debemos empaquetar a todos en un solo grupo, sino empezar a mirar caso por caso específico. Esto, de forma lógica, demandará mayor tiempo de análisis (antes era solo invertir en el agregado, sentarse y esperar a que de retornos); mayores recursos para mirar en quién puedo confiar y en quién no.

Aunque he visto a muchos analistas positivos porque las economías emergentes ahora son más robustas, tienen mayores reservas internacionales y en muchos casos las prudencia fiscal ha sido la regla en los últimos años; las cifras que sigo tienen para mí una alta relevancia: el endeudamiento emergente se ha disparado (lo he dicho repetidamente en las últimas tres semanas); lo cual, unido a una baja tasa de interés en moneda fuerte, y por consiguiente a una posibilidad de fondos de cobertura de apalancamiento muy barato, están creando un “caldo de cultivo” perfecto para que, el que quiera especular contra un país emergente relativamente mal parado, lo puede hacer y lo puede obligar a doblegarse.

Candidatos, hay unos cuantos, y los analistas los identifican más que todo en Europa Central y en Asia; pero que quede claro, esto no implica salir corriendo de Asia, simplemente que, repito, se debe mirar caso por caso. Lo interesante de esto, es que ya todas las instancias empiezan a alinearse con la estrategia que hemos venido hablando recientemente, lo cual debe ser el trabajo de los analistas y asesores financieros en los próximos años.

miércoles, 7 de agosto de 2013

¿Cambió en algo la situación?


¿Cambió en algo la situación?

La Reserva Federal decidió aplicar un tono menos positivo en el comunicado de su más reciente reunión.  Esto llevó a una nueva etapa de euforia en los mercados financieros que vieron como el jueves, el índice accionario S&P 500 alcanzaba su máximo histórico ante la perspectiva de que, al menos por ahora, la liquidez global iba a continuar sin cambios.

La pregunta es si esto seguirá siendo cierto para los países emergentes. La respuesta, es que, a pesar de que en julio las cosas han sido mucho más calmadas, los flujos de inversión financiera a nivel global, siguen llegando a manos llenas a USA, específicamente a las acciones. Incluso, los reportes más recientes muestran que muchos recursos que estuvieron parqueados en Money Market (fondos de efectivo) durante el mes de junio, empiezan a desplazarse a activos con mayor rentabilidad.  Algo que sigue llamando poderosamente la atención, pues a pesar del muy buen precio que tienen en la actualidad los activos emergentes, los mismos no han tenido la capacidad de atraer recursos nuevamente de forma masiva. Es decir, estamos viendo unas valorizaciones recientes, pero no soportadas por altos flujos de inversión, sino por la toma puntual de algunos agentes que encuentran oportunidades interesantes.

Historia diferente a la que sucede en USA, donde esos recursos que llegan tienen, tarde o temprano, que sustentar un crecimiento sostenido en la bolsa por un período de tiempo largo. Claro, corro el gran riesgo de que, por lo menos en los próximos meses, los emergentes tengan un mejor rendimiento que la bolsa en USA (y con el consabido: se equivocó); pero corren aún mayor riesgo los analistas que siguen viendo un valor en emergentes, sin observar con detenimiento las cosas que están pasando: el apalancamiento del mundo emergente, no puede ser sustentable en el largo plazo, lo que implica a muchos, empezar a buscar soluciones desde el punto de vista fiscal, aún que hay tiempo, y no cuando el problema explote. 

Pero lo que más me preocupa en la actualidad, es que se llegue al resultado correcto, con los supuestos incorrectos, lo cual es sumamente peligroso. Me explico: las acciones de emergentes pueden tener una valorización en los próximos meses; y muchos de los analistas que he leído basan la expectativa en el crecimiento económico que mejora en algunas regiones. Nada más falso, pues las acciones anticipan el movimiento económico; no al contrario. Pero esos analistas van a ver al final de este trimestre, que llegaron a la conclusión correcta (la valorización), con el argumento incorrecto; lo cual, aún más, mina la capacidad para darse cuenta del trasfondo de este asunto. 

Esto no es nuevo, y gráficas y relaciones matemáticas de muchos analistas a nivel global, tanto independientes como los que no lo son tanto, siguen mostrando que los emergentes están por encima de lo que deberían estar. Y que tienen espacio para ceder. En el mediano plazo, claro está. Pero me parece importante que se vuelva a revisar, con detalle de relojero, las cuentas fiscales y el endeudamiento empresarial de países que nos parecen lejanos, pero que en un mundo altamente globalizado también nos podría afectar.