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miércoles, 29 de enero de 2014

Reivindicando la profesión de economista: Turquía


Reivindicando la profesión de economista: Turquía

Lo sucedido con Turquía no se sale de lo normal. Un país con un déficit de cuenta corriente y moneda revaluada, es el caldo de cultivo perfecto para una depreciación a gran escala de su moneda. Lo malo, es que los analistas tienden a olvidar la historia, lo cual es muy malo: desde hace meses dijimos que algún emergente iba a tener muchos problemas, pues la situación actual de sus economías, recordaba mucho a Tailandia en 1996. Y así sucedió, lamentablemente.
  
Otro de los problemas, es que se buscan “justificaciones” que ocultan realmente el trasfondo del asunto. En el caso de Turquía, dicen hoy los informes, el desplome de su moneda se debe a la incertidumbre política y la reducción del programa de expansión monetaria de la FED. Sí, pueden ser algunos activadores, pero realmente lo que sucede a Turquía es que tiene desajustes económicos acumulados, que es realmente el problema de fondo y lo que explica la situación.

No estamos ante una crisis como la asiática, porque aún estamos viviendo de la liquidez global. Pero en la medida que los correctivos no se tomen, una crisis emergente, en alguna parte, puede venir. Cuando el exceso de dólares en la economía global no financie los desequilibrios existentes, se van a ver las consecuencias del desorden que aún mantienen algunos emergentes.

Como lo de Turquía no se sale de lo normal, lo que sí se salió durante los últimos años fue el hecho de que los emergentes tuvieran una bonanza que no supieron aprovechar. La Lira turca,  desde octubre a hoy, ha caído un 15%, justo lo que un libro de texto dice que debe suceder cuando se encuentra una situación de desequilibrio. Lo que ha sucedido con Turquía, es puro texto de Economía, que debe poner nuevamente esta profesión de moda. Y de paso, reivindica a los economistas, quienes fueron los principales vapuleados durante los últimos años, por su falta de visión en la crisis.

La respuesta del Banco de Turquía, también es de libro de texto, y las consecuencias que se vienen,  no se salen de esta línea: un aumento desproporcionado de la tasa de interés, para controlar la salida de capitales y estabilizar la moneda (similar a lo que hizo Hungría en 2008, en medio de la crisis), evitando un aumento inmanejable del costo del endeudamiento del sector corporativo (ya que muchas empresas tienen deudas en dólares, pero recaudan en moneda local); pero con repercusiones sobre la economía interna en otros frentes: la subida de tasa de interés llevará a un aumento de los costos de financiación, frenando la actividad productiva, la compra de vivienda, incrementando la financiación del gobierno, aumentando el desempleo, desplomando las acciones (las empresas se financian más caro, disminuyendo su rentabilidad),entre otras cosas.

Lo que ocurrió con Turquía se podía anticipar. Y no es el único. Pueden ser otros, si las condiciones no se corrigen. Infortunadamente, hace mucho rato los inversionistas y analistas dejaron de ver las cifras económicas para sólo ver la noticia del día, la tendencia en gráficos, y las oportunidades tácticas. Pero hoy, más que antes, siento que la profesión del economista queda altamente reivindicada. 

domingo, 26 de enero de 2014

DIVERSIFICANDO EFICAZMENTE CON DÓLARES (en el Diario El Tiempo)

Les comparto esto que publico ayer el Diario El Tiempo en un especial sobre el Dolar:


DIVERSIFICANDO EFICAZMENTE CON DÓLARES
Manuel García
Gerente de Soluciones de Inversión Old Mutual Skandia
El precio del dólar alcanzó los 2.000 pesos, nivel que había establecido como probable desde inicios de septiembre del año pasado.
La razón del precio es más estructural que de simple coyuntura: los flujos de inversión se han devuelto (y van a seguir haciéndolo) de los países emergentes (EM) hacia los desarrollados.
La liquidez global no va a crecer al ritmo de años anteriores y, principalmente, muchos EM no hicieron la tarea económica que les correspondía durante estos últimos años: al mirar los déficits (tanto fiscal como de cuenta corriente), muchos EM siguen teniéndolos e incluso los ampliaron.
Así, la depreciación de las monedas emergentes lucía probable; por eso, la propuesta para diversificar inversiones fue tener más activos en dólares.
Era una ‘apuesta’ que tenía el fuerte impedimento de cambiar la mentalidad que ha tenido el inversionista durante los últimos 10 años (en el que solo vieron disminuir el precio de la divisa), pero que se sustentaba en unas señales claras.
Y parte de mi trabajo ha sido explicar hasta el cansancio que entramos en una etapa diferente de la que hemos estado acostumbrados.
Y aunque en el mediano plazo la tendencia debería continuar, en los próximos meses hay un cuadro interesante: algunos EM la están pasando muy mal, y algunos analistas piensan que falta que alguno de estos países anuncie problemas suficientes para responder por sus obligaciones; y que haya una reducción de la calificación soberana de un grande, como Brasil.
Luego de esto, algunos flujos podrían volver a los emergentes (no en masa, sino a los que mejor estén), valorizando sus activos y haciendo caer marginalmente el precio del dólar.
Pero esta tendencia sí sería coyuntural y pasajera; por lo que en ese momento sería recomendable diversificar las inversiones si aún no lo ha hecho.

Alcanzamos el primer premio de montaña


Alcanzamos el primer premio de montaña

Como el ciclismo está (nuevamente) de moda, recurro a un símil con este deporte: el precio del dólar superó, frente a algunas monedas latinoamericanas los niveles que se esperaba desde hace algún tiempo. Alcanzamos el primer premio de montaña, categoría uno, que estaba en el recorrido. Desde el mes de agosto, cuando escribí algo denominado “Dólar; siga, bienvenido”, tenía la firme expectativa que el dólar superaría la barrera de los 2.000 pesos colombianos, lo que alcanzó en este mes de enero. Algunas personas tenían sus dudas sobre si estos niveles se alcanzarían y, a manera de trofeo, guardo una respuesta que me dieron en Twitter al publicar la expectativa en ese momento, pues colocaron un gran “lo dudo”, acompañado de un “no se cumplen tus proyecciones”. Hoy las dudas quedaron disipadas, el nivel alcanzado, y la perspectiva sigue en que el dólar será una moneda ganadora de mediano plazo.

La dirección del dólar, estaba convencido, no podía ser otra. En un mundo en el cual los flujos de capital están fluyendo (todavía) de manera masiva hacia el mundo desarrollado (desde los emergentes, obviamente), el precio de la moneda estadounidense tiene que subir. Si le sumamos que la liquidez global no va seguir incrementándose de la manera que lo hizo en los últimos años (que no es lo mismo que desaparezca, pero relativamente va a ser menor), que algunos emergentes no hicieron la tarea fiscal que les tocaba (los déficit gemelos en algunos países, no sólo no se corrigieron, sino que incluso se han ampliado) y que este par de años pueden ser más volátiles que los anteriores, la moneda debería seguir un curso de acción de libro de texto.

Una pregunta recurrente será: se mantendrá esta tendencia? La respuesta es que estructuralmente, el dólar debe seguir subiendo frente a las monedas latinoamericanas; pero que estamos en este preciso instante en un momento muy interesante: algunos emergentes la están pasando muy mal (pregúntenle a Argentina, Turquía, Ucrania y Tailandia), y la mayoría de analistas piensa que el driver que falta es que alguno de estos países (con mayor probabilidad) falle, es decir, que anuncie problemas suficientes apra responder por sus obligaciones. Si esto se conjuga con una bajada de calificación soberana de algún emergente grande (mi favorito es Brasil), llegamos a un punto en el cual estaremos tan abajo, que los emergentes se convertirán en una oportunidad interesante. Oportunidad por solo unos meses, cabe aclarar.

Es decir, la figura que se debe registrar es que el precio del dólar vuelva a caer, los activos emergentes (especialmente acciones) vuelvan a subir, y que volvamos a escuchar que somos economías sólidas y, en el caso de Colombia, que somos un país no vulnerable a los desequilibrios externos. Pero, ojos abiertos, esto será tema de solo un par de meses. El mundo está cambiando, y el que no lo entienda así, es el que más afectado va a estar.




Como recordar es vivir, les comparto la columna del 29 de agosto de 2013: 

Dólar; siga, bienvenido
No es un tema nuevo hablar de la posibilidad de invertir en dólares. Pero desde hace unos meses, el tema se ha vuelvo tema central de las conversaciones con nuestros clientes. El dólar tiene unas características especiales como activo de inversión, que lo vuelven ampliamente atractivo, incluso en momentos en que la divisa se depreciaba frente a las monedas locales de LATAM. De esas características la principal, es que es un activo no correlacionado con los bonos y acciones latinoamericanos; por lo cual, al incluir un fondo puro de Money Market en dólares, se tiene un efecto positivo sobre el riesgo total del portafolio, pues lo disminuye, sin necesariamente sacrificar rentabilidad potencial.

 Como mencioné anteriormente, desde hace unos meses las conversaciones con nuestros inversionistas han girado a la necesidad de incluir una buena porción de dólares dentro de sus portafolios, ante la perspectiva de que la divisa se aprecie, y esto redunde en efectos positivos sobre las rentabilidades, las cuales, han sido castigadas por estar invertidos casi que exclusivamente en mercado local. De esta forma, desde un perfil conservador, hasta el más agresivo, nuestras apuestas por dólares van desde el 30%, hasta más del 50%. 

A muchos asesores financieros les aterra recomendar un fondo puro de Money Market (MM) dentro de un portafolio de un inversionista, pero no debe haber temor alrededor de esto: el MM, por definición, me cubre de muchas volatilidades y, salvo casos muy dramáticos, como los ocurridos durante 2008, su unidad se mantiene en 1; lo cual brinda un colchón fuerte de estabilidad a un portafolio. El MM es, por decirlo de alguna forma, esa válvula que evita que la olla a presión estalle cuando el ambiente está altamente caliente.

Los activos latinoamericanos han mostrado una alta correlación entre ellos, por lo cual, aquella perspectiva de que invertir en bonos y en acciones es estar bien diversificado, se va a la caneca. La corrección reciente de mayo y junio muestra que esto no es cierto de ninguna manera, excepto en mercados muy desarrollados, donde el  abanico de activos financieros es tan amplio, que incluso entre una misma clase de activos (ej, Acciones de Alta Capitalización de Valor) se puede diversificar efectivamente. En nuestros países, eso no es así. 

Ahora más que en los años anteriores, el dólar va  a ser el rey. Infortunadamente, a muchos inversionistas aún les cuesta mucho cambiar la mentalidad que tenemos, de que la moneda norteamericana pierde valor frente a las monedas locales, pues esa es la historia de los últimos 10 años (en marzo de 2003, el dólar alcanzaba su valor más alto frente a muchas monedas latinoamericanas). Pero, no tienen en cuenta que los momentos de liquidez de la economía van a acabar (hace 10 años, también, la FED tenía una tasa de interés de 1%, la más baja de la historia en ese momento). Es cierto que en el absoluto, hoy existen más dólares dando vueltas que hace 10 años. Sin embargo, esos dólares, que finalmente la FED lanzó al mercado para expandir el crédito, terminarán donde, se supone, deberían estar desde el principio: dentro de los Estados Unidos. 

Así las cosas, en un mundo en el cual las fuerzas se están volviendo a acomodar, al dólar hay que abrirle la puerta y decirle bienvenido a los portafolios.

viernes, 17 de enero de 2014

¿Cómo estará el viaje en 2014?


¿Cómo estará el viaje en 2014?

Acabo de leer una de las mejores frases que describen lo que se puede esperar de este año: “lo importante es el viaje, no el destino de llegada”. Básicamente, los analistas esperan que los mercados accionarios, especialmente los mercados desarrollados, terminen el año en positivo, pero eso no nos exime de que veamos las correcciones que muchos han estado esperando desde el año pasado. Por ahora, el mercado sigue con una tendencia positiva, impulsado por buenos datos y algunos resultados corporativos que se han conocido, que han estado en general muy aceptables.

Pero esta tendencia no puede (y no debe) continuar así: las correcciones son buenas en muchos casos (por ejemplo, cuando evitan una burbuja), necesarias y, sobre todo, normales dentro de los mercados financieros. Además, permiten a los inversionistas comprar activos en mejores precios, lo cual, sabiéndolo aprovechar, potencializa los retornos de sus portafolios.

Hablando de portafolios, el año que comienza nos refuerza la idea de que los portafolios deben estar bien diversificados. Desde mitad del año pasado, cuando la caída de los mercados financieros golpeó especialmente a los inversionistas latinoamericanos que estaban expuestos a su propio país o en general a los emergentes, vimos la fuerte necesidad de encontrar activos que se movieran en tendencias opuestas a los activos locales, con el fin de que soportaran los movimientos de los mercados.

Los resultados de esta estrategia fueron muy interesantes, pues la exposición a dólar, acciones internacionales y activos no correlacionados, produjo rentabilidades de portafolios totales en algunos casos superior al 10%, con volatilidades menores, incluso, a las que tuvieron portafolios conservadores puros, invertidos únicamente en activos locales. Es decir, la frontera eficiente que es la medida básica de un inversionista, si se mueve de forma positiva al diversificar con monedas, tipo de activo, etc. Pura teoría de libro puesta al servicio del inversionista!

Y aunque muchos inversionistas al día de hoy siguen aferrados a inversiones locales, pensando en que los retornos de los últimos 10 años se podrían seguir repitiendo indefinidamente (sin entender que el mundo entró en una nueva dinámica), nunca es tarde para mejorar el perfil del portafolio: diversificar sigue siendo la clave, más hoy cuando estamos entrando en una etapa interesante. Esta etapa es la de la descorrelación de los activos, que vimos durante los últimos cuatro años. En términos básicos: entre 2009-2013, los activos se movieron en una misma tendencia; pero desde el año pasado las correlaciones tan fuertes empezaron a romperse, lo cual es una gran noticia para los que tenemos que plantear Soluciones de Inversión: esto permite modelar portafolios de una manera mucho más eficiente.

Así que, si diversificó durante 2013, felicitaciones, usted fue uno de los claros ganadores; si no, este año puede ser la oportunidad perfecta para hacerlo.