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viernes, 26 de julio de 2013

¿Son vulnerables los emergentes?


Suena duro hablar de que los emergentes pueden ser altamente vulnerables. Especialmente, porque durante los últimos años han tenido una bonanza tan grande, que  ha llevado a pensar que estamos en un mundo en el cual los emergentes son una especie diferente a la que había años atrás. Aparecieron términos como BRIC, CIVETS, etc; todos los cuales permitieron que el “mundo desarrollado” los mirara con otros ojos. Pero hoy, ante la perspectiva de una reducción de los estímulos monetarios, se han desnudado algunas flaquezas.


En los últimos 10 años, la deuda gubernamental en moneda local de los emergentes en conjunto, pasó de cerca de 1.5 trillones de dólares, a cerca de 6 trillones de dólares, lo que representa un crecimiento promedio del 30% anual; lo cual, comparado con un crecimiento de la economía del 5% promedio anual en el mismo período, muestra un desequilibrio marcado entre la forma como los emergentes se endeudaron, y el impacto positivo que pudo haber generado dicho endeudamiento.

Podríamos pensar que este aumento de deuda pública local, fue de la mano con una disminución efectiva de otro tipo de endeudamiento, lo cual, infortunadamente, no se dio. Tanto el endeudamiento público como el privado, tuvieron un auge en los últimos 10 años, impulsado por las bajas tasas de interés nivel global, y un exceso de liquidez. Prueba de esto es que entre el período 2008-2013, los emergentes han recibido cerca de USD 300 billones, y las emisiones de deuda, ha sido de USD 292 billones.

Lo anterior suena como a encontrar petróleo en Arabia. Es decir, donde quiera que se buscara financiación, se encontraba. Sin embargo, los últimos años quizá nos muestran una estampa desdibujada de lo que ocurrió en verdaderas crisis emergentes. Digámoslo sin tapujos:  luego de la crisis asiática, los emergentes no han tenido una crisis profunda. Distorsiones fuertes, si; como la época 2001 a 2003, que incluyó el default de Argentina; pero crisis agudas, no. Por eso, es que se vuelve tan importante que los analistas del sector financiero, empiecen a buscar en una ciencia que a muy pocos gusta: la historia económica.

Esa historia nos dirá que Tailandia, antes del 2 de julio de 1997 (oficialmente el día que comienza la crisis asiática), tenía un panorama muy parecido al siguiente: altos flujos de liquidez de Japón y Europa, que financiaban cualquier cosa, incluyendo entidades de financiamiento local; una especulación con el sector inmobiliario en su conjunto;  una bolsa que había sido altamente dinámica en años anteriores; una moneda altamente sobrevaluada; y un ‘discurso’ de sus autoridades, de que los flujos de capital que entraban eran de inversión directa, lo cual disminuía su vulnerabilidad, porque no eran flujos de portafolio.

Al mismo tiempo, Tailandia empezaba a incrementar sus importaciones, y la industria, especialmente la tecnológica, que era el bastión de la prosperidad económica, de un momento a otro, por factores externos, vio cómo el precio de lo que vendía caía. Eso llevó, de forma clara, a que los dólares que entraban a Tailandia, terminaron pagando las importaciones, y ampliando el déficit de cuenta corriente.

¿Sonaría algo parecido si decimos, que en vez de una caída del precio de los tecnológicos, cae el precio de los bienes básicos?  En realidad, aunque a los analistas de los mercados les gusta mucho más hablar de VIX, CDS y múltiplos de Ebitda; podrían sentarse a mirar el nivel de variables como el déficit de cuenta corriente, que es aburridísimo. Y establecer, si los indicadores que tenía Tailandia en muchas variables, como nivel de ahorro, entre otras cosas; son parecidos a los de algunos países emergentes en la actualidad. Se pueden sorprender de lo que encontrarán. Y esto lo saben muy bien, los fondos de cobertura, que también lo supieron en 1997; pero con una gran diferencia: el apalancamiento que se puede conseguir hoy, puede ser mucho más grande que el de 15 años atrás. 

viernes, 5 de julio de 2013

¿Cómo leer el dato de empleo en USA en un mundo volátil?


Este viernes se conoció el dato de empleo en USA correspondiente al mes de junio. Se crearon 195 mil nuevos empleos, un dato superior a los 165 mil que en promedio esperaban los analistas; y con un trasfondo que parece muy interesante: en general, subió la tasa de participación (parece marginal, pues su incremento fue del 0.1%), pero que calculada sobre una fuerza laboral mayor, representa una ganancia de cerca de 261 mil personas, mostrando efectivamente una dinámica positiva. Adicionalmente, la relación de empleados como proporción de la población mayor de 16 años, también tuvo un incremento; luego de meses de mantenerse estancada. Y, por último, en promedio los desempleados se demoran mucho menos en encontrar un nuevo puesto de trabajo, lo que siempre será positivo.

Recordemos que, en lo peor de la crisis, más de 8 millones de personas duraban más de cuatro meses para encontrar trabajo. Ese número, el día de hoy, se ha reducido a menos de 2 millones; aunque aún persiste una gran población (casi 5 millones) que luego de seis meses, aún no tiene un nuevo puesto laboral.

¿Será esto suficiente para que la FED cambie su política monetaria? Vamos por partes. La primera, es que la tasa de desempleo se incrementó del 7.5% al 7.6%; lo que no es de extrañar en estos momentos: cuando los mercados laborales mejoran, personas que antes ni se preocupaban por buscar empleo (básicamente porque no lo iban a encontrar) vuelven a ingresar a la fuerza laboral, lo que a su vez explica el porqué, también, hubo 17 mil nuevos empleados durante junio. Recordemos que la FED había puesto como condición una tasa de desempleo del 6.5% para revisar su política, la cual no se alcanzará en unos meses. Esto todavía se demora un poco. Al escribir esta columna, los mercados mostraban una probabilidad del 50% de que la FED empiece a subir su tasa de interés en septiembre de 2014 (sí, el próximo año); aunque la probabilidad del mercado no es lo mismo que la doctrina de la FED.

En segundo lugar, los analistas que empiezan a escudriñar los datos, muestran un dato que consideran ‘difícil de explicar’: el desempleo subyacente se incrementó en junio del 13.8% al 14.3%; que es un incremento sustancial. Esto muestra que aún el mercado laboral norteamericano tiene algunos cuellos de botella, que no han podido ser superados y que siguen latentes.

Y por último, la pregunta que me hago desde hace un par de años: qué va a pasar con toda la gente joven que se graduará de las universidades en los próximos años? Recordemos que cuando estalla una crisis como la del 2008, la población más afectada con el desempleo es la que tiene entre 18 y 25 años. En USA no fue diferente, y el Gobierno ‘mandó a muchas personas a estudiar, financiados por Sallie Mae (la agencia que otorga créditos educativos y que, hace algunos años alguien dijo podía ser la siguiente burbuja)…aunque hoy la tasa de desempleo de las personas con educación superior es baja (3.9% vs la del 7.6% general); esta puede cambiar una vez salga toda la ‘camada’ de graduados, que lo deben empezar a hacer entre hoy y el 2016. Y si el mercado laboral no lograra absorberlos todos, con qué pagarían los créditos? (por eso alguien lo denominó como la siguiente burbuja).


jueves, 4 de julio de 2013

Precio Vivienda en Colombia: reír o llorar?


El incremento de 11.8% registrado en el precio de la vivienda nueva en Colombia durante el primer trimestre del año, tienen varios análisis interesantes:

1.     Este incremento porcentual es mayor al que se ha registrado en promedio en los últimos ocho años. Con una clara tendencia al alza.

2.     Con los últimos datos, el crédito promedio hipotecario en Colombia ha pasado de cerca de $18 millones a algo mas de $40 millones. En términos prácticos,  es un aumento anual mayor al 15%.  Esto no debe ser despreciado, pues el ingreso promedio de la población, en el mismo periodo, ha crecido a un ritmo anual cercano al 5%; especialmente para los sectores más pobres de la población, cuyos ingresos son provenientes casi exclusivamente de rentas laborales, que crecen a ritmo muy bajo.

3.     Lo anterior, nos lleva al siguiente escenario: el día de hoy, el porcentaje de ingresos que se destina al pago mensual de la cuota del crédito hipotecario, es mucho más alto que hace ocho años. Esto tiene serias implicaciones sobre la dinámica económica, pues se quitan recursos líquidos (salario) para crear una falsa sensación de riqueza (precio de la vivienda).

4.     Para establecer cuando las cosas pueden ‘ponerse feas’, hay que observar  el apalancamiento familiar: en USA, el crédito de consumo creció paralelo al precio de la vivienda. Entre menos liquidez personal (porque el crédito hipotecario quita una mayor proporción de los ingresos mensuales), la sensación de riqueza generada por el precio de la vivienda, lleva al apalancamiento familiar.

5.  El incremento en el precio de la vivienda, se tiene que unir con otras señales que han venido recientemente: aumento en el consumo de servicios por encima del consumo de todos los demás sectores; aumento del consumo de bienes no durables y semidurables, con caída del consumo de durables; recesión (depresión?) industrial; y una continua ganancia en la participación del sector minero dentro del PIB.  El dato de inflación, nos debe confirmar la tendencia en el aumento de los precios de bienes transables y no transables.