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domingo, 19 de abril de 2015

¿Sabes qué hacer cuando seas grande?


¿Sabes qué hacer cuando seas grande?
En muchas de mis conferencias hago una sencilla pregunta: díganme cuál es la edad de la persona viva, más vieja que conozcan. Las respuestas varían, como es apenas de suponer, pero un común denominador es que la mayoría de la gente conoce a alguien vivo que tiene más de 85 años. Y que vive relativamente bien, saludable y con ganas aún de hacer muchas cosas.

Esta situación que parece tan sencilla, impone retos gigantescos, pues la ecuación es relativamente simple: te vas a jubilar a una edad cercana a los 60 años (dependiendo de algunas características, como el sexo, puede ser un poco más o un poco menos), pero por delante puedes tener una expectativa de vida de más de 30 años, que puede ser, muy similar, a lo que duró tu vida laboral.

Dicen que uno se vuelve viejo cuando pierde la capacidad de hacer cosas por uno mismo, como por ejemplo, manejar un automóvil. Mientras que uno pueda tomar el carro, desplazarse a cualquier parte casi sin restricción, uno no puede considerarse viejo. Y es casi evidente que una persona que se jubila a los 60 años (o 65, para poner una edad más estandarizada a nivel global) no va a salir a sentarse todos los días en un sofá en su casa, por el contrario, es cuando más actividades podrían realizarse.

La situación descrita arriba supone varias cosas, todas juntas a la vez: la pensión de una persona jubilada puede no ser suficiente por los años que le quedan por delante (riesgo de longevidad), pero si la mesada la financia un sistema de prima media es el costo que tiene para las finanzas públicas de cualquier país (riesgo fiscal); además que muchas personas aún en edad productiva, no saben cuánto van a recibir por concepto de pensión una vez llegue ese momento.

Hay otro factor hablando de estos temas y es que digo que las familias cada vez pueden ser menos solidarias: anteriormente, las familias eran tan numerosas, que algún hijo se hacía cargo de los padres mayores; pero en familias con menos hijos, los cuales van a tener también una presión financiera para fondear una longevidad mayor, la posibilidad de que un hijo cuide de su padre, se reduce. Así, es probable que la persona que va a llegar a una edad avanzada deba costear su tema de retiro en gran medida.

Por eso, cada vez es más necesario que, desde jóvenes, empecemos a pensar en planear financieramente para nuestra vida mayor. Es posible que la simple pensión no me fondee las necesidades y que deba complementarla, para poder tener una buena vida por mucho tiempo. Para poder viajar, tener un buen sistema de salud, entre otras cosas.

Poca gente lo piensa así, y no es solo cuestión de nuestros países. Un artículo del pasado 6 de abril de BenefitsPro, mostró los resultados de una encuesta en USA, en la cual se evidenció que cerca de la mitad de norteamericanos no ahorra para su etapa de retiro. Con un detalle adicional: los más jóvenes dicen que van a empezar a ahorrar cuando lleguen a sus 30’s, pero olvidan que por efecto de los rendimientos compuestos, entre más temprano se empiece, el efecto es mucho mejor. Incluso si comienza a los 25 y ahorra durante 10 años, el efecto de largo plazo puede ser mejor que empezar a los 35 años y ahorrar durante los siguientes 30 años de manera constante.

Este es un tema que irá ganando relevancia en los próximos años, pero al que lo entienda de una vez plenamente, tendrá un buen trecho ganado.

La vida no es como la pintan


La vida no es como la pintan
¿Ha escuchado decir que lo único seguro en la vida es la muerte? Sí es así, quizá también haya escuchado el chiste de economista según el cual, “lo único seguro en la vida es la muerte y pagar impuestos”. Es tan segura la muerte, que es la única que ha probado ser 100% eficaz haciendo su trabajo.  Nadie más tiene un porcentaje de éxito tan alto, y es aquí donde empiezan a desprenderse una serie de temas que se vuelven altamente relevantes desde el punto de Planeación Financiera, especialmente lo que tiene que ver con planeación para proteger a tus seres queridos en caso de que faltes.

Que todos nos vamos a morir, es totalmente claro, la pregunta es cuándo. Todos pensamos que va a ser en un futuro lejano y nadie piensa (a menos que sea un preso condenado a muerte) que la fecha va a ser pronto. Pero podría ser mañana mismo. O podría ser hoy, incluso. ¿Por qué no? ¿Por qué eres saludable, no comes cosas malas, haces ejercicio todos los días? Te tengo noticias: en Colombia, por poner solo un ejemplo, se mueren 300 personas al año por rayos. Es decir, casi una persona al día se muere porque un rayo en medio de una tormenta. Y el rayo no distingue entre sanos y menos sanos, es más, si eres lo suficientemente saludable, quizá tengas más posibilidades de morirte por un rayo, pues te puede encontrar trotando.

A los latinos no nos gusta hablar de muerte, tiene una connotación altamente negativa dentro de nuestra cultura. La muerte es sinónimo de cosas malas, y aunque algunos países honran a sus muertos (como el caso de México al celebrar, precisamente, el Día de los Muertos), he encontrado que para nosotros sería preferirnos no morirnos. Por eso, las abuelas responden, cuando alguien habla de morirse de la siguiente forma: “cállese esos ojos”, es decir, no hable de eso. Pero hablar de la muerte no la invoca, al contrario de lo que muchos piensan. Si fuera así, y pensando en sentido contrario, todos hablaríamos de ganarnos la lotería, y en efecto nos la ganaríamos. Pero no funciona de dicha manera.

Hablando de ganar, quién no ha soñado con lo que podría hacer con todo el dinero si se ganara el premio gordo del Lotto. Todo el que va y compra el tiquete de la lotería, apenas lo tiene en la mano empieza a hacerse mil ideas en qué podría gastarse el dinero. Malas noticias: la probabilidad de ganarte el Lotto es una entre más de 8 millones de posibilidades; la probabilidad de que te mueras caminando, es de una entre 50 mil. Así que te recomiendo, cuando compres el tiquete de la lotería no sueñes mucho y ponle atención a la caminada, porque puede pasarte algo malo por estar pensando en qué gastarte todo el dinero.