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sábado, 21 de diciembre de 2013

¿Y ahora, qué?


¿Y ahora, qué?

Comenzó el desmonte por parte de la FED. Tomó por sorpresa a muchos, aunque las encuestas mostraban que, aproximadamente el 11% de los administradores de portafolio en USA esperaban que la Reserva Federal anunciara el inicio del “tapering”. La respuesta de los mercados fue mixta, pero el consenso parece mostrar que, luego de las dificultades vividas en junio y julio, los mercados ya habían descontado el inicio de la reducción de los estímulos. Tarde o temprano se iba a presentar el desmonte, la pregunta que rondaba era cuando; pero finalmente nadie podía ser tomado por sorpresa en este momento.

La pregunta hacia adelante es: ¿y ahora qué va a pasar? Los analistas internacionales corrieron este jueves a publicar sus nuevas expectativas con base en los últimos sucesos. Todos parecen coincidir en varios puntos, que no parecen ser muy sorprendentes en la actualidad. Los listo, pues son los más recurrentes:

1.       Aunque se anunció una reducción en el estímulo de 10 mil millones de dólares mensuales, el mercado sigue inundado de dinero. Desde 2008, se han inyectado a la economía más de 6.5 trillones de dólares, por lo cual los 10 mil millones de reducción lucen, por decirlo, insignificantes.

2.       Siguen muy positivos en acciones norteamericanas, y este es quizá uno de los mayores consensos. Las últimas estimaciones dicen que podríamos estar viendo el S&P 500 por encima de los 2.000 puntos en diciembre de 2014. Claro, es importante anotar que de los 1.800 puntos que vemos hoy, a los 2.000 puntos, la tendencia no siempre va a ser creciente. Quizá podamos tener alguna corrección en el intermedio.

3.       Otro gran consenso parece ser sobre el dólar. Los analistas están altamente positivos en la moneda, lo que quiere decir que esperan una depreciación de muchas otras monedas, especialmente de algunas emergentes.

4.       Hablando de emergentes, la gran conclusión es que ahora sí se mirarán con lupa las cuentas fiscales, los desequilibrios, la política monetaria interna, etc; y existirá una diferenciación entre un país y otro. Es decir, si las cosas se mantienen de esta manera, se habrá acabado la época en que enviar dinero a emergentes sin ningún tipo de análisis era rentable.

5.       Como existen algunos emergentes que la pasaron mal, y hay algunos desequilibrios en algunos mercados, los analistas piden una oportunidad a estos activos. Uno de los ‘trades’ que están recomendando desde Nueva York, es comprar peso mexicano y real brasilero, a la vez de bonos de la parte larga en Colombia y México.

Muchos inversionistas con los que me reúno preguntaban: ¿si en junio pasó lo que pasó con sólo el anuncio, cómo será cuando en realidad la FED empiece a desmontar los estímulos? La respuesta iba muy enfocada a comentar que quizá el mercado ya había anticipado esta situación; como en efecto lo parece estar haciendo en estos primeros días. Sin embargo, los mercados por definición son volátiles y cambiantes ante situaciones imprevistas. Por lo mismo es que tener claro lo que se quiere lograr con el portafolio es la primera clave para no estresarse en momentos en que la pregunta lógica es: ¿y ahora, qué?

domingo, 15 de diciembre de 2013

¿Cerrando el año?


¿Cerrando el año?

Aunque no lo parezca, el año que está terminando fue poco volátil, al menos si se observan los índices que miden la volatilidad en mercados como el norteamericano. Sin embargo, los momentos en que la volatilidad creció, impactaron de forma importante el desempeño de los países emergentes y por eso, muchos inversionistas sintieron que este año había sido uno de fuertes turbulencias.

Pero hubo muchos inversionistas que tuvieron y aprovecharon oportunidades  en activos como acciones estadounidenses, acciones europeas, monedas, entre otros. Y la pregunta que hacen a esta altura del año es si continúan con esta inversión en las próximas semanas. La respuesta que debo dar es depende. Muchas variables entran a conjugarse a esta altura del año: la mayoría de inversionistas tienden a desentenderse de sus inversiones a esta altura, dejando en modo de “navegación automática” a sus portafolios; otros, entienden que los mercados son menos líquidos, y tratan de ajustarse a dicha situación; algunos, miran la situación fiscal y antes del cierre de año calendario, tratan de hacer cualquier ajuste que no se haya realizado a lo largo del año; mientras que otros, la minoría, seguirá pendiente de sus inversiones.

En vista de cualquier componente, pero pensando en que entraremos a un nuevo período, lo que estamos proponiendo es comenzar el año nuevo muy ligero en inversiones, centrándose más en algo relativamente conservador y estable. Esto no implica que exista una perspectiva negativa para enero, ni mucho menos; sino que llegado el momento, es mejor quitarse de encima una carga que le puede generar el pensar en inversiones, en una época que usted no quisiera hacerlo. En términos automovilísticos, es lo mismo que sucede en un carro mecánico: cuando usted ve que el semáforo cambió a rojo,  pone el carro en neutro, ya que el sólo impulso lo hará llegar. Esto no significa que luego no vaya a acelerar y que necesite, nuevamente, engranar el vehículo y pasar secuencialmente de la primera a la quinta velocidad. Algo así es lo que debería suceder en este momento con los portafolios de inversión.

El año 2014 se antoja como un año con muchas oportunidades, pero que puede ser altamente cambiante. Llegarán noticias de muchas partes, habrá temas políticos en los países emergentes,  decisiones monetarias en los países desarrollados, y hasta Mundial de Fútbol, que es un momento propicio para que la gente olvide sus inversiones y se centre en el deporte más popular del mundo. Por todo lo anterior, es importante que en 2014 diversifique, y diversifique bien, es decir, que meta dentro del portafolio activos que le permitan válvulas de escape cuando las cosas cambien con la velocidad que nos han acostumbrado recientemente. Este año, y así lo muestra la evidencia, el dólar frente a muchos activos latinoamericanos, cumplió fielmente esa tarea.

viernes, 29 de noviembre de 2013

¿Se acerca la corrección en USA?

¿Se acerca la corrección en USA?
Uno de los problemas grandes de un inversionista es la avaricia. La ciencia de Behavioral Finance (Finanzas del Comportamiento) ha estudiado muy bien este tema, en el que muestra que entre más alto se encuentre el retorno de un activo, el cerebro empieza a generar una mayor adrenalina, bloqueando las funciones racionales y dejándose llevar por la emoción. No soy experto sicólogo ni un neurocientífico, pero así, en palabras sencillas, es como los inversionistas, sofisticados y no, cometen equivocaciones gigantescas cuando los mercados están en puntos máximos.
He leído recientemente muchos artículos en los cuales los analistas tratan de justificar el continuo aumento de las acciones norteamericanas durante los próximos meses. Es cierto que algunas relaciones históricas muestran que las acciones tienen espacio para subir, y yo no dudo que en los próximos 10 años lo hagan (ya he expuesto mis argumentos sobre el porqué mi activo favorito de largo plazo son acciones en USA); pero los artículos están siendo demasiado optimistas.
Se acerca el fin de año, de menores volúmenes transados, incluso más bajos que los que hemos visto recientemente, y con la espada de Damocles sobre la cabeza: entraremos a enero y febrero nuevamente con temas fiscales en USA. La verdad, dudo que antes del 15 de enero de 2014 el Congreso norteamericano se ponga de acuerdo para resolver otra vez los problemas de techo de la deuda y de la parálisis del Gobierno Federal. Dudo, principalmente, que los políticos se logren poner de acuerdo con la suficiente anticipación.
Pero lo que más preocupa a los analistas es que los mercados avanzan ‘sin convicción’. Esto en términos prácticos se constituye cuando, a pesar de que las acciones suben su precio, los volúmenes transados son muy bajos. Estos escenarios, generalmente, han sido una antesala de la corrección de los mismos, y no debería existir una razón aparente para que esta vez no fuese así. Los inversionistas, que están listos para salir, esperan cualquier noticia para voltear la figura. Y hablando de figuras, una parte que utilizan muchos traders son las figuras técnicas, una de las cuales muestra que el índice accionario S&P 500 ha alcanzado ya tres máximos históricos recientes, seguidos de pequeñas correcciones; y que la próxima figura puede ser a la baja; con una corrección relativamente importante.
El inicio del próximo año no será fácil, pero habrá oportunidades. Es posible, según los analistas, que aún en diciembre las acciones USA ganen algún valor, y se habla del 2.5% en promedio, que no es despreciable. Lo dicen por la inercia que generalmente muestran los mercados accionarios cuando el año ha sido positivo, lo dicen por la historia (más de la mitad de los años en que los índices han terminado con ganancias, diciembre es el mes en el cual alcanzan su máximo en el año), lo dicen porque aún la relación precio sobre ganancias es relativamente baja (14.8 vs un 16.6 histórico). Sin embargo, si se puede pasar ligero de acciones el año nuevo, no sería una mala estrategia. Recuerden que dudo que, además, en época decembrina, los políticos norteamericanos se sienten a no dejar que pase lo mismo que en octubre.  

sábado, 23 de noviembre de 2013

Diseño de portafolios o trading


Diseño de portafolios o trading
@manuelgarciaCO


Entre los actores del mercado financiero siempre ha existido una discusión sobre cuál es la estrategia óptima de inversión: diseñar un portafolio para muchos años, o hacer trading, es decir, dedicarse a la compra y venta de activos, tratando de aprovechar el momento exacto y puntual en el cual deba comprarse y en el cual deba venderse.

En el imaginario popular se cree que el trading es muy superior, pues permite salirse muy rápidamente de los activos cuando existe una corrección y entrar cuando están muy baratos. El inversionista que tiene un portafolio estructurado para el largo plazo, añora poder hacer trading, para evitarse las fluctuaciones y poder generar mayor rentabilidad.

Malas noticias: la evidencia empírica muestra que el trading, en muchos casos, no sólo no genera mayor rentabilidad a un portafolio de inversión sino que, en no pocas ocasiones, genera pérdidas. ¿Cómo puede ser esto? Muy sencillo: el trading es realizado por personas normales, igual que todos los demás, que tienen exactamente los mismos defectos de cualquier inversionista, los mismos sesgos, la misma avaricia, el mismo miedo, la misma sobre confianza, entre otros. El trading, por definición, se basa en tomar decisiones rápidas, pero el humano, llegado el caso, no las toma. Es una reacción natural que todos llevamos dentro, que nos permite apartarnos del riesgo extremo. Incluso, las investigaciones han mostrado que aún los partícipes del mercado que negocian instrumentos sofisticados como opciones financieras, sufren mucho más de los síntomas del inversionista común y corriente.

Adicionalmente, mover mucho el portafolio tiene un costo asociado, pues cada transacción genera un cargo que se debe descontar de la rentabilidad de la inversión y, si los movimientos son muy recurrentes (y no siempre acertados), el costo de hacer trading puede ser mayor que la rentabilidad. Diversos estudios han mostrado esto, destacando alguno que hizo Ibbotson hace algunos años, en el que descubrió que en un gran número de portafolios, más del 90% de la rentabilidad era explicada por el diseño del portafolio, y el restante por la escogencia de los activos.

Y un libro mucho más cercano, que me gusta mucho, descubre también que un portafolio muy sencillo (de tres estrategias muy claramente definidas: un fondo de bonos locales, un fondo de acciones locales y un fondo de acciones internacionales), superaba muchas de las estrategias de las finanzas altamente sofisticadas. El nombre del libro es muy diciente: Cómo un niño de segundo de primaria le gana a Wall Street (How a Second Grader Beats Wall Street, de Alan Roth).

Imposible que tantos investigadores estén errados. Un portafolio diseñado para largo plazo, es la estrategia más interesante de inversión. No existe, hasta ahora, nada probado que sea diferente. Sin embargo, y en honor de la verdad, sí es necesario tomarse el tiempo suficiente antes de invertir en diseñar entre el cliente y su asesor financiero, la estrategia óptima, que más se ajuste a las necesidades y que permita que el cliente entienda cuál va a ser el resultado en 10 o 20 años (un artículo muy interesante dice que la tarea quedó bien hecha si el cliente puede explicarle a su familia, una semana después de la reunión con su asesor financiero, porqué tomaron las decisiones que tomaron).

En vista de lo anterior, es necesario que si no nos sentimos cómodos con nuestra estrategia actual, hacerle una revisión. Eso sí, teniendo en la cabeza que debemos pensar en el largo plazo, y si una corrección se viene (las cuales van a ocurrir siempre en el mercado), entender que la misma se corrige y a largo plazo, se generan ganancias. 

sábado, 16 de noviembre de 2013

Giros de 180 grados y efecto en sus inversiones


Giros de 180 grados y efecto en sus inversiones
@manuelgarciaCO

Sigue la montaña rusa en las noticias internacionales. No voy a decir en los mercados, sino en las noticias, lo cual explica el comportamiento de algunos mercados, aunque en términos generales, los mercados no han estado tan variados como parece. Por lo menos, no los mercados internacionales.

Sin embargo, existe una percepción de alta volatilidad en nuestros mercados locales, los de América Latina, porque las noticias internacionales, nos están llevando a un vaivén complicado en bonos locales, acciones locales y moneda. Cuando se evalúa el patrón de movimiento de la bolsa norteamericana, incluso ha sido mucho más estable que algunos bonos en América Latina, lo cual muestra lo sensible que estamos ante lo que ocurre afuera.

Un ejemplo, para no ir muy lejos: hace unas semanas se volvió a abrir la posibilidad de que el recorte de estímulos monetarios por parte de la FED fuera en diciembre del presente año, y el resultado fue el siguiente: la salida más grande de capitales de acciones emergentes de las últimas 20 semanas de flujos de inversión, y la salida más grande de inversiones de bonos emergentes de las últimas 10 semanas. Y de paso, una valorización del dólar frente a nuestras monedas.

Acto seguido, habló la señora Yellen, futura nueva presidenta de la FED y los mercados “entendieron”, entonces, que incluso la política expansionista del banco central en USA va a ser mucho más grande y extendida que durante la era de Bernanke. El resultado al momento de escribir esta columna es una apreciación cambiaria relativamente importante de las monedas locales frente al dólar norteamericano.

Todo esto pasó en menos de una semana, lo cual se vuelve altamente inmanejable cuando la estrategia de inversión es buscar el activo que mejor comportamiento vaya a tener durante el próximo mes. Muchos inversionistas, relativamente sofisticados, pueden tratar de jugar con esta perspectiva, pero la mayoría, no puede. Y además, no deben. La evidencia ha mostrado que los inversionistas que le “apuestan” duro al trading (es decir, a la compra y venta de activos financieros) tienen en promedio menor rendimiento que aquellos que su estrategia es manejar un portafolio de largo plazo basado en el asset allocation, o lo que es igual, en distribución de largo plazo de sus inversiones.

Al igual que la semana pasada, esta vez se debe hacer un llamado a tener una diversificación efectiva de los activos dentro del portafolio de inversión, que, vuelvo y repito, debe incluir activos locales, activos internacionales, moneda (para equilibrar la volatilidad) y algún activo no tradicional. Esto equilibra las cargas dentro del portafolio, permitiendo que ante la cantidad de noticias encontradas que nos llegan, la inversión, como un todo, se defienda.

Quizá, con la nueva información al día de hoy, es decir, con la perspectiva de  que la FED seguirá su política expansionista por un buen tiempo, suban los activos locales y baje el precio del dólar. Los que están invertidos en acciones y bonos en América Latina, verán un salto en rentabilidad, y ‘justificarán’ los resultados en crecimiento económico o mejores condiciones locales. Pero, como hemos visto recientemente, esto no explica el desempeño de las inversiones  que tenemos en nuestros países. Si, en una próxima alocución de Yellen, los analistas entienden que los estímulos se pueden reducir antes de lo que ahora se han formado en la cabeza, volveremos a ver una salida de flujos de inversión de portafolio de emergentes y una subida del precio del dólar. A esto es a lo que no debemos ‘jugar’ y nadie le va a decir la fecha exacta en que se debe cambiar de inversión. Es imposible, y por eso se hace tan importante diversificar. Pero diversificar efectivamente. 

lunes, 11 de noviembre de 2013

Diversificación efectiva de inversiones


Diversificación efectiva de inversiones
@manuelgarciaCO


Muchos de los inversionistas con los cuales me siento a hablar sobre su estrategia de inversión me dicen: “yo estoy bien diversificado, pues tengo acciones y bonos”. Y cuando se refieren a acciones y bonos, están diciendo, tengo acciones en mi país y bonos en mi país. Y la respuesta que les tengo que dar, no es muy alentadora: “usted no tiene diversificación, usted tiene una bomba de tiempo”.

Durante los últimos 10 años, los inversionistas en cualquier país de América Latina se acostumbraron a que invertir en sus activos locales iba a dar ganancia de cualquier manera. En términos gráficos, era como encontrar petróleo en Arabia Saudita. Sin embargo, con el cambio de las condiciones que se debe presentar en los próximos años, esto quizá ya no sea cierto. Y ahí es cuando los asesores financieros tienen un reto gigante, pues la obligación pasará por estructurar para sus clientes portafolios de inversión que efectivamente aguanten las épocas turbulentas que se están viviendo.

Mi experiencia me ha demostrado que los activos locales en los países de América Latina, se mueven en una misma tendencia, o lo que es igual, tienen una correlación muy alta. Esto, es bueno cuando las cosas suben, porque magnifican los retornos; pero es malo cuando las cosas no van bien, porque incrementa las desvalorizaciones. El único activo líquido que tiene un movimiento contrario es el dólar norteamericano.

Sin embargo, los problemas comienzan cuando se le menciona a un Asesor Financiero que le recomiende a su cliente invertir en dólares. La respuesta más común con la que me encuentro es del estilo de “¿invertir sin un activo subyacente que rente un poco más?”, seguida por “¿cómo le voy a recomendar a un cliente dólar si eso ha caído durante los últimos 10 años?”. En ambos casos, infortunadamente, están viendo lo que no es, basándose en la historia y dejándose sesgar por resultados pasados. Esto, de paso, es un problema puro de Bahavioral Finance.

Repito, hasta volverme aburrido: existen desequilibrios en algunas variables macroeconómicas en América Latina que justificarían un salto en el precio de la divisa en los próximos años. A mí me sigue pareciendo que somos muy similares a Tailandia en 1996, así digan que no. Y miren lo que le pasó al Sudeste Asiático un año después.

En vista de la relación entre activos locales y moneda, en lo que nos hemos enfocado recientemente es en buscar diversificar de una manera efectiva: manteniendo activos locales, pero con un componente puro de moneda y algo de inversión en acciones internacionales, las cuales serán las grandes beneficiadas en los próximos años. Este portafolio le permite al inversionista exponerse a varias cosas al tiempo, disminuyendo el riesgo y guardando una estabilidad muy buena en sus rentabilidades: si hay un problema con los activos locales, lo amortigua la moneda; si los activos locales recuperan espacio temporal, tienen una inversión en ellos; y se ganan la exposición a las acciones internacionales, que deben ser las de mejor desempeño en la próxima década.

No hay porqué convertir a las inversiones en una tragedia. Pero si es necesario, como lo he mencionado anteriormente, que cambiemos el chip, pues tuvimos una década que no es reflejo de lo que podrían ser los próximos años.

¿Existe convicción en la subida del mercado?


¿Existe convicción en la subida del mercado?
@manuelgarciaCO


Los inversionistas están felices con los mercados financieros en los últimos dos meses. Luego de las turbulencias de junio y julio, la probabilidad de que la FED no desmonte sus estímulos en lo que resta del año, ha dado nueva “gasolina” al mercado, el cual ha registrado sucesivamente, máximos históricos (hablando de las acciones en USA). Pero una pregunta que surge, es si el mercado tiene convicción suficiente para esta subida.

Por convicción se entiende, un conjunto de cifras que demostrarían que los mercados efectivamente sí creen en que la subida es sostenida. Por ejemplo, los volúmenes negociados. Lo malo, es que dichos volúmenes están siendo paquidérmicamente bajos, especialmente en las acciones que están liderando la subida de los índices. Es decir, el precio sube, pero con muy pocas transacciones, lo cual es un indicador de que, cuando los que están en el juego se aburran, podemos contar una historia diferente.

Un indicador que particularmente me llama la atención es la relación Put/Call de las opciones sobre acciones transadas en la Bolsa de Chicago. El indicador funciona muy bien al explicar la perspectiva de subida de los índices accionarios: cuando esta relación baja, las bolsas tienden a subir con algunas semanas de rezago, que hemos contado alrededor de cuatro. En la actualidad, la relación Put/Call está en niveles ridículamente bajo: está en niveles que fluctúan entre 0.2 y 0.8; frente a la mediana de 1.23 desde noviembre de 2006. Es decir, estaríamos ante un inminente mercado al alza, si se cumple la teoría; tal como lo demuestra el gráfico a continuación:


Sin embargo, aquí comienzan las alertas. Al tiempo que la relación P/C es la más baja históricamente, también lo están siendo los volúmenes de transacción de las opciones financieras en Chicago. Esto es bastante malo, porque estamos en un mercado de pocos compradores y pocos vendedores. El día que un gran jugador quiera tomar una posición, vamos a ver “descuadres” temporales. Si el jugador decide creer en el mercado al alza, esto seguirá subiendo; pero si decide lo contrario, tendremos momentos de turbulencia.

Los flujos de inversión de las semanas recientes nos muestran que sigue llegando recursos a las acciones. Y parecería no caber duda de que las acciones norteamericanas en el mediano/largo plazo, siguen siendo uno de los activos más atractivos e interesantes de inversión, como hemos discutido muchas veces. Pero estamos en unos meses en que es mejor mirar al detalle el desempeño de algunas variables, para evitar caer en una euforia desbordada.

Definitivamente, como estrategia de inversión de largo plazo, las acciones de USA son un activo fundamental: representan la mitad del mercado accionario global, y un inversionista de objetivos específicos, debe tenerlas dentro del portafolio. Pero he visto algunos que, en este momento, quieren poner la mayoría (si no, todos sus recursos de inversión) en acciones norteamericanas; lo cual no es racional en los momentos actuales.

viernes, 25 de octubre de 2013

¿Más viejo? Toma más riesgo


¿Más viejo? Toma más riesgo
@manuelgarciaCO


Algunos datos lucen, desproporcionados, pero altamente interesantes: el dato reciente, tiene que ver con el hecho de que en Estados Unidos, 10 mil personas por día, durante los próximos 17 años, se pensionarán. Esto nos da que al 2030, tendremos cerca de 45 millones de personas pensionadas adicionales en USA, que representará más del 10% del total de su población.

Esto impone grandes desafíos, para los sistemas de seguridad social, especialmente el de salud, pero también a las personas como inversionistas de largo plazo, pues la ecuación cada vez se complica más. Los futurólogos estiman que en este momento, ya vive sobre la faz de la tierra el primer humano que alcanzará los 150 años de vida, lo cual implícitamente está diciendo que cada vez va a ser más complejo para las finanzas públicas (en algunos casos) y para las finanzas personales (en muchos otros), soportar pensionados que consumirán recursos por un tiempo mayor.

Así, la necesidad de planear efectivamente el ahorro y la inversión se convierte en una necesidad imperante para todos los que trabajen en finanzas. No es cómo “pegarle” al activo más beneficiado mañana, sino cómo generar un retorno muy alto en el largo plazo, precisamente porque cada vez será más evidente que se debe construir un capital en la edad productiva, para poder disfrutar de su desacumulación en la edad no productiva.

Un ejercicio muy interesante adelantado por los académicos en USA, muestra que una pareja de retirados (a los 65 años), necesitan, al día de hoy, disponer de recursos por lo menos por 25 años; esto porque la edad promedio de muerte del último miembro de la pareja, es a los 90 años.   

Pero aquí viene lo más interesante de todo: muchas veces la teoría tradicional muestra que a mayor edad, se debe invertir en activos más seguros, tradicionalmente bonos. Sin embargo, con una población con aumento de la edad,  en una población que quiere seguir manteniendo un nivel de vida en los últimos años, los retornos reales (descontando inflación) de un portafolio de bonos, no sirve para este propósito.

Una pareja de jubilados a los 65 años, tendrá un 13% del valor real del portafolio cuando lleguen a 90 años, si invierten en bonos. Si lo hacen en acciones, tendrán el 70%. Esto les garantizaría cerca del 80% al 90% de las necesidades cubiertas. Con activos que se encuentran en mercados más desarrollados, como las anualidades variables o los SPIA, mejora el porcentaje de necesidades cubiertas, pero desmejora (frente a un portafolio invertido únicamente en acciones) el valor real del portafolio. 

Es aquí el punto donde entra, nuevamente, la expectativa del tiempo: los 25 años que tiene por delante una pareja de jubilados, antes de que los dos fallezcan, es un tiempo más que prudencial para que desequilibrios de corto plazo (pueden ser meses), se corrijan, y brinden al jubilado, un portfolio que le permita disfrutar de mejores condiciones en los últimos años.

Es difícil a veces imaginar cómo una persona de edad avanzada pueda invertir en acciones, casi que exclusivamente; pues crecimos con la teoría tradicional. Sin embargo, era un mundo diferente, en el cual los bonos tenían características diferentes; y la población un proceso demográfico mucho más corto. Es necesario que antes de que sea tarde, pensemos en temas que parecen lejanos, pero que nos impactarán profundamente al cabo de unos años.

jueves, 17 de octubre de 2013

Acumulación China y efectos colaterales


Acumulación China y efectos colaterales

@manuelgarciaCO


Se conoció el dato de acumulación de reservas internacionales de China para el tercer trimestre del año, que arrojó una cifra, nada despreciable, de 163 mil millones de dólares. Como lo leen: 163 mil millones; los cuales, sumados a los 177 mil millones y 46 mil millones del primer y segundo trimestre, respectivamente, dan, según los entendidos, la tercera mayor acumulación de reservas en el año corrido por parte de China en la historia.  Y eso que China está desacelerándose.

Lo más interesante de todo esto, es que China logra acumular reservas internacionales con base en los superávit comerciales, en medio de un mundo que, según la información económica que nos ha llegado, le estaría comprando menos a China, lo que explica la desaceleración del gigante asiático. Este dato de reservas, nos confirma que quizá esta percepción no es lo suficientemente cierta.

Y esto, de forma adicional, nos debe llevar a análisis de las implicaciones que esto tiene, y lo que realmente significa. Por un lado, significa que China sigue siendo el proveedor mundial de muchos bienes, lo que explica que la industria en otras partes esté desacelerándose. Ya sé que me vuelvo altamente repetitivo, pero algunos países emergentes, están sufriendo de enfermedad holandesa: sus sistemas productivos están marchitándose, y China se ha vuelto el que suple las necesidades de muchos bienes, mientras vivimos, la ilusión de economías boyantes por nuestros recursos naturales. Grave error.

Lo siguiente, es que parte de esta acumulación de reservas irá necesariamente a parar a Tesoros norteamericanos, aunque los datos publicados muestran que parte de las ganancias del trimestre en las reservas de China, se dio por la diversificación que tiene en monedas como el euro y la libra esterlina. Y esto quizá continúe hacia el futuro, lo cual parece garantizar que las monedas del Viejo Continente, pueden verse beneficiadas aún por un tiempo adicional.

Pero más importante es el rol que jugará un verdadero gigante: la CIC (China Investment Corporation), el brazo de inversión del gobierno chino, que con base en el exceso de reservas, está buscando oportunidades productivas de inversión en cualquier parte del mundo. Ya en el pasado hemos visto lo que la CIC es capaz de hacer: invertir en petróleo, agricultura, sector automotor, bancos, etc. Incluso, en momentos en que la liquidez de los bancos era extremadamente baja (por la restricción de 2011), la CIC invirtió en los propios bancos chinos, convirtiéndose, de esta forma, en el principal accionista.

Es sabido que el ICBC (Industrial and Comercial Bank of China), el banco más grande del mundo por activos, está en pleno proceso de expansión y que, para referencias cercanas, ya incursionó en Brasil. Aquí lo importante de entender es que un banco como ICBC (o Bank of China, ABC o Bank of Communications; por mencionar los cuatro grandes), se quieren convertir en jugadores de primer nivel incluso, en temas como banca de inversión. Y con el músculo financiero que tienen de respaldo, es muy probable que empecemos a ver mayor competencia proveniente de Asia en los próximos años.

Es interesante ver las implicaciones que tiene una sencilla noticia. Hay muchas más, eso es seguro, pero esta que conozco de primera mano, no debe pasar desapercibida, especialmente para los jugadores locales, que si bien se han fortalecido en años recientes, podrían ver aún mayor competencia en los años venideros. Quizá sería interesante buscar alianzas con estos bancos, antes que ellos decidan entrar a LATAM con fuerza. 

domingo, 13 de octubre de 2013

Déficit, enfermedad y depreciación


Déficit, enfermedad y depreciación

@manuelgarciaCO

Viene tomando fuerza un tema sobre el que hablábamos meses atrás: la necesidad de revisar los déficit de cuenta corriente de los países emergentes, como un indicador del potencial de problemas que pueden sufrir las monedas locales ante el cambio de rumbo que va a tomar la política monetaria mundial en los próximos meses/años.

Sobre el tema del déficit existen varias corrientes, aunque la perspectiva básica es que un déficit de esta cuenta es, en general, malo. Se puede matizar, es cierto, bajo el argumento de que si el déficit implica una balanza comercial desfavorable, pero cuyo desbalance sea producto de importaciones de bienes productivos, esto pone al país en una senda de mayor competitividad en el futuro. También, como un déficit en cuenta corriente lleva, según la economía básica, a una depreciación de la moneda local, esto debería promover positivamente las exportaciones; disminuyendo de esta forma el efecto que sobre la economía puede tener la caída del precio de la moneda local.

Sin embargo, también se hace extremadamente necesario mirar los patrones de enfermedad holandesa en las economías emergentes, para encontrar, de una manera más profunda, quién de verdad tiene unos problemas gigantes. La relación básica: la enfermedad holandesa implica el desplazamiento de la industria productiva por un sector de la economía particular, muchas veces un bien básico, como el petróleo o el gas. Este desplazamiento del aparato productivo, y la “felicidad” que producen los flujos fáciles de dinero,  lleva a incrementos (desmesurados, claro está) en el precio de servicios y de los denominados bienes no transables, como el sector inmobiliario. Y, obvio, a que las importaciones crezcan, ya que, recordemos, la industria local se marchita.

El problema surge, en este momento de la historia, cuando se juntan el hambre y las ganas de comer. Los países emergentes en conjunto tuvieron una época de bonanza durante los últimos 11 años, alimentada por los dineros baratos provenientes de los principales bancos centrales. Algunos hicieron muy bien su tarea, pero otros no tanto, y aquí es donde se debe empezar a ver con cuidado la situación. Me late, por el desarrollo de algunos acontecimientos, que llegado el caso, nos vamos a encontrar con países de doble problema: déficit en cuenta corriente y enfermedad holandesa. Lo cual es terrible.

No sólo la depreciación de la moneda no ayudará a las exportaciones (pues la industria exportadora estará casi muerta), sino que se demandarán muchos dólares para cubrir el hueco que van a dejar las importaciones; las cuales, como se entenderá, no son fáciles de reemplazar. Énfasis, nuevamente, en que la industria local sufrió una avería. Por eso, a los países emergentes que tienen este patrón, les toca tomar medidas para evitar malos ratos en el futuro. Una de esas medidas es, si todavía no lo han hecho, provisionarse de reservas internacionales, fomentar nuevamente el aparato industrial, ver la forma de ser menos dependientes de las importaciones.

La evidencia al día de hoy muestra que las principales cifras macroeconómicas no son tan malas como eran, por ejemplo, las de Tailandia en 1996. En cierta medida, difiero de esta apreciación, pues las mismas cifras en los mismos indicadores quizá sean mejores, pero hay otros indicadores que quizá se hayan pasado por alto, y que implican un riesgo inminente. Por ejemplo, saber quién tiene los brotes de enfermedad holandesa.

Todo este panorama sigue indicando que para los que tenemos la obligación de estructurar portafolios de inversión, una de las claves es diversificar con posiciones en moneda extranjera y con activos en el exterior; y no centrándonos en los mercados locales, pues a menos de que sepamos muy bien en qué tipo de país vivimos (y que también lo sepan, igual de bien, los inversionistas extranjeros); la volatilidad puede aparecer cuando menos lo pensemos.     

Épocas turbulentas, nada cambia en perspectiva


Épocas turbulentas, nada cambia en perspectiva

Se activó uno de los eventos que estaban esperando los mercados financieros para octubre: el ‘shutdown’ en USA, o parálisis de alguna parte del gobierno federal. Ahora, viene el segundo tema, el techo de la deuda el próximo 17 de octubre, que también será un interesante tema político a seguir con atención, y que generará, como no es de otra forma, turbulencia en las inversiones internacionales.

Ahora bien, hace dos semanas tuve la oportunidad de escuchar a un analista político de uno de los grandes bancos de inversión, quien explicaba que, a pesar de que USA no pudiera emitir deuda por un período de tiempo, el gobierno contaba con algunos fondos de efectivo que utilizaría en caso de ser necesario (obviamente, no son ilimitados), lo cual mitigaría el impacto. Además, la mayoría de contratos son firmados por largo plazo, y muchos de ellos ya fueron previamente fondeados, por lo cual muchas actividades no tienen el riesgo de entrar en parálisis absoluta, así los políticos, como ocurre siempre en estos casos, busquen protagonismo, defiendan intereses particulares, y no se pongan de acuerdo en detrimento de la economía como un todo.

Pregunta clave es qué estará pasando por la cabeza de los miembros de la Reserva Federal en este momento. Cuatro días de parálisis (al momento de escribir esta columna), tendrán un impacto sobre el PIB del cuarto trimestre, y si la misma persiste, su efecto podría ser, en términos relativos, lo suficientemente grande para cuestionar el crecimiento potencial de USA. Este panorama no es alentador de cara a la decisión que tiene que tomar la FED: disminuye o no disminuye los estímulos monetarios. Si le preguntan a cualquier analistas, en mitad de junio, la decisión de la FED no tenía reversa: los estímulos se iban a disminuir, fuera en septiembre, octubre o diciembre.

Pero al día de hoy, la decisión de cuándo y cuánto, quizá ya no parece tan sencilla. Presiento que dependiendo de la magnitud de la parálisis y su efecto sobre algunas variables claves, los analistas empezarán a cuestionar la temporalidad para que la FED actúe, lo cual creará aún mayor incertidumbre para el mercado financiero. No será malo para algunos activos, los de riesgo; pero sí seguirá alimentando el precio de algunos activos a los que ya, estructuralmente, muchos inversionistas no les tienen confianza. Lo cual no es para nada bueno, pues nos crearía, nuevamente, algunas complicaciones el próximo año.

Ahora bien, estos eventos, puntuales y dolorosos, no deben cambiar la perspectiva de mediano y largo plazo ante un cambio estructural que se viene dando en las inversiones internacionales: los flujos de inversión han salido de emergentes, se han ido para USA, y el acumulado desde finales del año pasado, sí muestra que han alimentado el apetito por acciones norteamericanas. Esto debe seguir, así el día de hoy, la cosa no sea tan evidente.

Nuevamente, los activos que llaman la atención se centran en acciones y en dólares. Es un tema estructural, no es un tema de corto plazo, por lo cual hay que tener cuidado en diferenciar las dos cosas, pues mucha gente, informada o no informada, espera ver resultados inmediatos con una estrategia de inversión en una semana. La respuesta es que no: una cosa es el trading puro, otra cosa muy diferente es la estrategia de inversión trazada para generar frutos constantes. Muchos olvidan esto, pensando que todos los días se le debe “pegar” al activo más favorecido.

Épocas turbulentas, nada cambia en perspectiva


Épocas turbulentas, nada cambia en perspectiva

Se activó uno de los eventos que estaban esperando los mercados financieros para octubre: el ‘shutdown’ en USA, o parálisis de alguna parte del gobierno federal. Ahora, viene el segundo tema, el techo de la deuda el próximo 17 de octubre, que también será un interesante tema político a seguir con atención, y que generará, como no es de otra forma, turbulencia en las inversiones internacionales.

Ahora bien, hace dos semanas tuve la oportunidad de escuchar a un analista político de uno de los grandes bancos de inversión, quien explicaba que, a pesar de que USA no pudiera emitir deuda por un período de tiempo, el gobierno contaba con algunos fondos de efectivo que utilizaría en caso de ser necesario (obviamente, no son ilimitados), lo cual mitigaría el impacto. Además, la mayoría de contratos son firmados por largo plazo, y muchos de ellos ya fueron previamente fondeados, por lo cual muchas actividades no tienen el riesgo de entrar en parálisis absoluta, así los políticos, como ocurre siempre en estos casos, busquen protagonismo, defiendan intereses particulares, y no se pongan de acuerdo en detrimento de la economía como un todo.

Pregunta clave es qué estará pasando por la cabeza de los miembros de la Reserva Federal en este momento. Cuatro días de parálisis (al momento de escribir esta columna), tendrán un impacto sobre el PIB del cuarto trimestre, y si la misma persiste, su efecto podría ser, en términos relativos, lo suficientemente grande para cuestionar el crecimiento potencial de USA. Este panorama no es alentador de cara a la decisión que tiene que tomar la FED: disminuye o no disminuye los estímulos monetarios. Si le preguntan a cualquier analistas, en mitad de junio, la decisión de la FED no tenía reversa: los estímulos se iban a disminuir, fuera en septiembre, octubre o diciembre.

Pero al día de hoy, la decisión de cuándo y cuánto, quizá ya no parece tan sencilla. Presiento que dependiendo de la magnitud de la parálisis y su efecto sobre algunas variables claves, los analistas empezarán a cuestionar la temporalidad para que la FED actúe, lo cual creará aún mayor incertidumbre para el mercado financiero. No será malo para algunos activos, los de riesgo; pero sí seguirá alimentando el precio de algunos activos a los que ya, estructuralmente, muchos inversionistas no les tienen confianza. Lo cual no es para nada bueno, pues nos crearía, nuevamente, algunas complicaciones el próximo año.

Ahora bien, estos eventos, puntuales y dolorosos, no deben cambiar la perspectiva de mediano y largo plazo ante un cambio estructural que se viene dando en las inversiones internacionales: los flujos de inversión han salido de emergentes, se han ido para USA, y el acumulado desde finales del año pasado, sí muestra que han alimentado el apetito por acciones norteamericanas. Esto debe seguir, así el día de hoy, la cosa no sea tan evidente.

Nuevamente, los activos que llaman la atención se centran en acciones y en dólares. Es un tema estructural, no es un tema de corto plazo, por lo cual hay que tener cuidado en diferenciar las dos cosas, pues mucha gente, informada o no informada, espera ver resultados inmediatos con una estrategia de inversión en una semana. La respuesta es que no: una cosa es el trading puro, otra cosa muy diferente es la estrategia de inversión trazada para generar frutos constantes. Muchos olvidan esto, pensando que todos los días se le debe “pegar” al activo más favorecido.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Oportunidad Tactica en EM


Oportunidad táctica en EM
Se conoció el último informe de flujos de inversión, para la semana terminada el 25 de septiembre (las semanas de flujos van de jueves a miércoles), la cual mostró cosas interesantes, como el hecho de que es la primera vez en las últimas 18 semanas que los bonos emergentes reciben flujos de inversión, que aunque bajos, representan una noticia interesante. Al igual, las acciones emergentes recibieron flujos de inversión, pero aquí hay un hecho que se debe destacar: es Asia la región emergente que recibe flujos para acciones, América Latina siguió mostrando una variación negativa (aunque en honor de la verdad, se debe reconocer que dentro de la categoría Global de Emergentes, América Latina puede participar positivamente con algo).

¿Quiere esto decir que las turbulencias en los mercados financieros emergentes terminaron, y que quizá veamos un nuevo rally en los activos dentro de esta categoría?  Bueno, “momentito amigo”, como diría una vendedora del Mercado de la Seda en Beijing. El positivismo relativo que tienen los inversionistas acerca de emergentes viene por las bajas valoraciones que se obtuvieron luego de la fuerte caída registrada entre junio y agosto del presente año.  Sin embargo, la categoría acciones emergentes, de mediano plazo, sigue estando con una señal de venta en la mayoría de los estrategas de portafolio a nivel global.

En el mundo de inversiones, los temas se dividen en dos partes: uno, el denominado Asset Allocation Estratégico (o Distribución Estratégica de Activos); y segundo, el Asset Allocation Táctico. El términos sencillos, el primero es el diseño del portafolio a largo plazo; pero el segundo, es el aprovechamiento de oportunidades puntuales por períodos cortos de tiempo. Es decir, el primero te muestra la carretera que debes seguir; el segundo, la velocidad a la que puedes ir en cada pedazo de ese camino.

Aunque los estrategas propendemos por el primero, pues permite diseñar con mucha más precisión métricas para poder ver el resultado esperado; lo cierto es que el Asset Allocation Táctico es una herramienta poderosa, pues te permite llegar primero al destino, si se sabe utilizar adecuadamente.

Los activos emergentes son, por este período de tiempo que viene (muchos informes hablan entre 6 y 8 semanas de positivismo), una apuesta táctica, que podría generar valor adicional a un portafolio de inversión. Muchos están apostando por incrementar emergentes frente a desarrollados; sin que lo anterior desvirtúe que, por tendencia histórica y algunos factores fundamentales, las acciones en Estados Unidos, por ejemplo, son un activo con una perspectiva muy positiva por los próximos 10 años.  

Así, los inversionistas globales están aprovechando estas oportunidades que brindan los mercados actualmente. Es obvio que la decisión de la FED ayudó a incrementar el apetito por activos de riesgo (los denominados bonos High Yield siguen recibiendo flujos de inversión), pero así la FED hubiera comenzado el desmonte de incentivos, la oportunidad puntual en emergentes hacía atractivo invertir en ellos.
Es claro que, como la historia lo ha demostrado, algunos inversionistas llegarán tarde al baile, y pensarán que emergentes puede ser una oportunidad interesante a finales de octubre (luego de ver señales de recuperación por unas buenas semanas de forma sostenida); momento en el cual quizá el aprovechamiento táctico no sea ya una buena idea. Para finalizar, es importante aclarar que este aprovechamiento táctico se hace sobre los mismos activos que conforman el portafolio estratégico; disminuyendo o aumentando su participación momentánea, no cambiando radicalmente el perfil del portafolio. 

domingo, 8 de septiembre de 2013

Mercados Emergentes empiezan a mostrar el patrón de estar en aprietos


EM empiezan a mostrar el patrón de estar en aprietos

Hace unas semanas Brasil anunció una serie de medidas cambiarias, con el fin de evitar el incremento de la tasa de cambio, la cual pasó, en unos pocos meses, de cerca de 2.10 a 2.45. Aunque los más optimistas argumentaron que la preocupación de Brasil era el tema de inflación, la explicación puede ser otra, mucho más poderosa.

En columnas anteriores hemos argumentado que el patrón característico de una crisis emergente es el siguiente: empiezan a salir los flujos de la economía local, lo cual sube el precio del dólar; las empresas, que durante los años boyantes habían ido al exterior a endeudarse en dólares (baratos), empiezan a sentir los estragos sobre sus estados financieros (pues recaudan en moneda local, y para pagar la deuda en dólares necesitan destinar más recursos), piden ayuda al Gobierno, el cual utiliza las reservas internacionales para tratar de controlar la moneda, sube la tasa de interés para ayudar a evitar la salida de capitales; con un efecto perverso sobre los activos locales, pues los bonos suben de tasa (cayendo su precio), y las acciones se desploman. El precio de la finca raíz cae, y comienza un severo ajuste económico.

Al tiempo que esto sucede, los países que tienen un déficit de cuenta corriente, sufren consecuencias más severas, pues generalmente este déficit se da por una balanza comercial desequilibrada, en que las importaciones (que deben ser pagadas en dólares) superan a las exportaciones; y que sumado a las transferencias al exterior de las utilidades empresariales (pues los flujos de inversión extranjera directa que habían llegado fueron para establecer a empresas que deben girar utilidades), llevan a un aumento en la tasa de cambio. Cuando el Banco Central se cansa, o pierde la batalla para controlar la tasa de cambio, viene una devaluación que, en promedio, ha sido del 20%.

Ya muchas veces en la historia de los emergentes ha sucedido esto. Y los gobiernos deberían haber aprendido que un exceso de apalancamiento en dólares (como el que se vive actualmente), no es bueno. Pero infortunadamente se tiende a olvidar. Al que no crea, le repito que vuelva y mire la fotografía de Tailandia en 1996, justo antes de la crisis.

Con Brasil, más allá del efecto de inflación, nos pusimos a revisar las cifras del endeudamiento privado y su fecha de vencimiento. Los pagos que tiene que hacer el sector corporativo de Brasil entre 2013 y 2014 es muy grande, cerca de 90 mil millones de dólares, que representa cerca del 60% del endeudamiento total del sector corporativo. Esto es un reto gigantesco para el gobierno de Brasil, que durante los últimos años trató de generar competitividad a la industria mediante la devaluación del Real Brasilero frente al dólar. El resultado hoy es triste: la industria no ganó grandemente en competitividad, pero sí tiene una carga financiera gigante.

Por eso, el Banco Central sacó swaps de moneda y otra serie de instrumentos, tratando de no tocar sus reservas internacionales, pero sí proveyendo la liquidez en dólares que necesitan los privados para que cumplan sus obligaciones  en el exterior, entre este y el próximo año. Ojalá, por el bien de la región y para evitar desatar un nerviosismo generalizado, Brasil no tenga ningún problema mayúsculo. Pero tomo las cosas con un escepticismo “macondiano”.

jueves, 5 de septiembre de 2013

El necesario cambio de chip

Algunos lectores me han dicho que quieren ver en el blog todas las columnas que he publicado...esta circula por DataiFX desde el pasado 17 de julio de 2013


No nos debemos confundir: más temprano que tarde, la Reserva Federal empezará a desmontar su política de expansión monetaria. Lo de las últimas semanas nos ha mostrado que seguiremos disfrutando de dólares por unos meses, pero ya la FED fue clara en que esa expansión, tiene que desaparecer. Esto lo saben los inversionistas globales, quienes anticipan que en septiembre o en diciembre, la FED anunciará una disminución del monto de compra mensual de bonos, de U$ 85 billones a U$65 billones. Esto, de manera lógica, disminuirá la oferta relativa de dólares a la economía global, y el flujo que durante mucho tiempo mantuvo a los activos de mercados emergentes al alza, se irá reduciendo.
Al tiempo, hay un hecho en el crecimiento relativo que es interesante: mientras USA empieza a recuperarse de una manera importante (por eso la FED empezará a disminuir la velocidad), las economías emergentes pasan por momentos menos gratos, especialmente por la caída en el precio de los bienes básicos. Es decir, mientras todo pinta bien para USA, en términos relativos para los emergentes, no lo es. Ojo, términos relativos, porque un crecimiento de China al 7.5%, es mejor que el de USA al 3%, pero ambos vienen en tendencia contraria, por poner sólo un ejemplo.
Esto quiere decir varias cosas: la primera y más evidente, es que tenemos que volver a los fundamentales económicos y empresariales de países y empresas emergentes, para encontrar activos con atractivo de inversión; la segunda, que ante este nuevo panorama, muchos flujos que salieron en las últimas semanas de los mercados emergentes, no volverán y se quedarán, inevitablemente, buscando mejores oportunidades en USA. Por una razón además poderosa: la perspectiva de todos los analistas, es a una apreciación del dólar norteamericano frente a las demás monedas globales en los próximos años. Recordemos que por monto, los 28 billones de dólares que salieron de bonos y acciones emergentes en el mes de junio, son la cantidad más grande en la historia de flujos que se van; y que habían llegado de la mano con inversiones en bonos corporativos norteamericanos durante el año anterior. De todas las regiones, América Latina fue la que más dinero, como proporción de sus activos totales, vio retirado durante junio, lo que demuestra que aún a los ojos de los grandes jugadores, somos una región comparativamente vulnerable.
Los que sigan con detenimiento el informe de Flujo de Fondos publicado por la FED, encontrarán algunos detalles interesantes, pero el que más me llama la atención es el que muestra que, a este ritmo, los fondos mutuos de acciones norteamericanas superarán el monto comprado en acciones en 2009 (que fue de 1,12 trillones de dólares) y dejarán muy atrás a los años 2010 y 2012, cuando en promedio compraron 654 billones de dólares.
¿Quiere esto decir que los emergentes seguirán descuadrándose? No necesariamente, pero las valorizaciones ‘exageradas’ que se vieron en algunos episodios no volverán a registrarse. Oportunidades existirán siempre, porque un activo desvalorizado siempre será atractivo, pero de largo plazo y de manera sostenida, como estábamos acostumbrados, ya no lo harán. Es decir, en mercados emergentes entramos en una etapa de mucha transacción, en que la compra y venta en períodos muy cortos de tiempo (meses), será la estrategia y la norma a seguir.
Es claro que las condiciones pueden cambiar, pero quizá no valga la pena emocionarse por algunos impulsos momentáneos que pueden venir de datos específicos: un repunte del PMI en China, estabilización de las condiciones monetarias en ese país, entre otras. La época en que los emergentes dieron una cosecha abundante, parece estar terminando.
Un tema a reflexionar, es que la mayoría de analistas y administradores de portafolios del mercado financiero, especialmente de América Latina, son personas formadas en el ejercicio luego del año 2000; por lo cual conocen únicamente la historia de cuando las acciones emergentes subían, las tasas de los bonos caían, las colocaciones de deuda eran abundantes, entre otras muchas cosas. Y peor, es que muchos de estos agentes no han empezado a cambiar el chip, y siguen pensando que los fundamentos de inversión hoy, puede ser iguales a los de la década pasada.

Dólar; siga, bienvenido

Esta es copia del original que circula desde la semana pasada (29 de agosto de 2013), y que amablemente me publicaron medios como La Republica, Data iFX y Funds Society.


Dólar; siga, bienvenido

No es un tema nuevo hablar de la posibilidad de invertir en dólares. Pero desde hace unos meses, el tema se ha vuelvo tema central de las conversaciones con nuestros clientes. El dólar tiene unas características especiales como activo de inversión, que lo vuelven ampliamente atractivo, incluso en momentos en que la divisa se depreciaba frente a las monedas locales de LATAM. De esas características la principal, es que es un activo no correlacionado con los bonos y acciones latinoamericanos; por lo cual, al incluir un fondo puro de Money Market en dólares, se tiene un efecto positivo sobre el riesgo total del portafolio, pues lo disminuye, sin necesariamente sacrificar rentabilidad potencial.

Como mencioné anteriormente, desde hace unos meses las conversaciones con nuestros inversionistas han girado a la necesidad de incluir una buena porción de dólares dentro de sus portafolios, ante la perspectiva de que la divisa se aprecie, y esto redunde en efectos positivos sobre las rentabilidades, las cuales, han sido castigadas por estar invertidos casi que exclusivamente en mercado local. De esta forma, desde un perfil conservador, hasta el más agresivo, nuestras apuestas por dólares van desde el 30%, hasta más del 50%. 

A muchos asesores financieros les aterra recomendar un fondo puro de Money Market (MM) dentro de un portafolio de un inversionista, pero no debe haber temor alrededor de esto: el MM, por definición, me cubre de muchas volatilidades y, salvo casos muy dramáticos, como los ocurridos durante 2008, su unidad se mantiene en 1; lo cual brinda un colchón fuerte de estabilidad a un portafolio. El MM es, por decirlo de alguna forma, esa válvula que evita que la olla a presión estalle cuando el ambiente está altamente caliente.

Los activos latinoamericanos han mostrado una alta correlación entre ellos, por lo cual, aquella perspectiva de que invertir en bonos y en acciones es estar bien diversificado, se va a la caneca. La corrección reciente de mayo y junio muestra que esto no es cierto de ninguna manera, excepto en mercados muy desarrollados, donde el  abanico de activos financieros es tan amplio, que incluso entre una misma clase de activos (ej, Acciones de Alta Capitalización de Valor) se puede diversificar efectivamente. En nuestros países, eso no es así.

Ahora más que en los años anteriores, el dólar va  a ser el rey. Infortunadamente, a muchos inversionistas aún les cuesta mucho cambiar la mentalidad que tenemos, de que la moneda norteamericana pierde valor frente a las monedas locales, pues esa es la historia de los últimos 10 años (en marzo de 2003, el dólar alcanzaba su valor más alto frente a muchas monedas latinoamericanas). Pero, no tienen en cuenta que los momentos de liquidez de la economía van a acabar (hace 10 años, también, la FED tenía una tasa de interés de 1%, la más baja de la historia en ese momento). Es cierto que en el absoluto, hoy existen más dólares dando vueltas que hace 10 años. Sin embargo, esos dólares, que finalmente la FED lanzó al mercado para expandir el crédito, terminarán donde, se supone, deberían estar desde el principio: dentro de los Estados Unidos.

Así las cosas, en un mundo en el cual las fuerzas se están volviendo a acomodar, al dólar hay que abrirle la puerta y decirle bienvenido a los portafolios.