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sábado, 25 de octubre de 2014

¿Por qué no navego en un yate en Bahamas?


¿Por qué no navego en un yate en Bahamas?

En mis reuniones con inversionistas, una de mis máximas es: “si supiera con exactitud para dónde va el precio de algún activo, no estaría aquí, probablemente estaría tomando el sol en un yate en las Bahamas”. Digo esto porque muchas veces los agentes del mercado financiero tratan de establecer un portafolio o de hacer un rebalanceo con base en lo que retornará un activo. Grave error. Lo que sucede con esta “técnica”, es que probablemente la próxima vez que vaya donde el cliente, tenga que dedicar un gran tiempo de la reunión a explicar la razón por la cual esa perspectiva que usted había trazado, no se cumplió.

Así, aflorarán excusas de todo tipo: que la FED dijo, que la FED no dijo, que China creció, que China no creció, que la inflación, que la deflación, etc. Si bien los estudios rigurosos y juiciosos de las áreas de Análisis de las entidades financieras nos dan un buen punto de referencia, finalmente los retornos de los activos son aleatorios y no los controla nadie. Ante esta realidad, es que la construcción de portafolios, basada en una diversificación efectiva, es clave cuando se quiere obtener lo mejor de lo mejor.

Tener diversificación por activo, moneda, región, es un factor fundamental para el éxito de cualquier estrategia.  Desde hace algunos meses parte importante de la diversificación pasaba por tener dólares dentro el portafolio de inversión. La razón ya la he expuesto pero bien vale la pena repetirla: en América Latina los mercados financieros tienden a tener tres activos con mucha liquidez, como son acciones, bonos y monedas. Generalmente, dos de ellos se mueven en una misma tendencia, mientras que el otro reacciona de manera contraria.  Al tener presente estos movimientos, se entiende que tener los tres activos, combinados correctamente, se equilibran fuerzas y se logra un resultado muy estable.

Esto no garantiza que el portafolio sea el “activo” más rentable que se encuentre. Pero sí garantiza que no será el de menor rendimiento. Esto es importante, pues los inversionistas sufren con mayor rigor el sufrimiento de una pérdida que la alegría de una ganancia. Por eso, es tan importante garantizar que el portafolio, a pesar de múltiples turbulencias, tenga un retorno comparativamente mejor que muchos activos individualmente.

Personalmente tengo elementos de juicio (los he tenido desde el año pasado pero ahora se hacen evidentes) para pensar que el dólar se va a revaluar, como lo ha hecho hasta ahora.  Pero puede suceder que esta expectativa no pase por razones que al día de hoy pueden no ser evidentes. Porque recuerde, el que le diga que sabe con exactitud en donde va a terminar un activo, probablemente no estaría hablando con usted, estaría navegando en las Bahamas.

domingo, 19 de octubre de 2014

Puntos de decisión y finanzas personales

Puntos de decisión y finanzas

Un tema que me ha interesado desde hace algún tiempo es lo que llevaría a las personas a manejar de mejor forma sus finanzas. Entendido esto como lo que motivaría a las personas a ahorrar en vez de consumir el día de hoy. Aquí se pueden tener muchas ideas, desde la teoría financiera pura, en la cual el ser humano totalmente racional decide ahorrar cuando, al hacer el cálculo entre el valor presente (consumo) y valor futuro (recursos invertidos que generan un interés en el tiempo) encuentra que es mejor tener unos pesos dentro de algún tiempo a ahorrar el día de hoy. Si el beneficio actual es mayor que el valor futuro, sencillamente consume.



¿Cuántos de ustedes, cuando se paran frente a una buena promoción o al vestido que, aún sin promoción, quieren comprar; se han puesto a pensar: cuál es la función de utilidad que me genera guardar los recursos en vez de gastármelos el día de hoy? Esta pregunta, que es la base de mucha teoría económica, sin temor a equivocarme, no pasa por la cabeza de nadie. Mucho menos la ecuación que tiene implícita, y menos aún los cálculos necesarios para llegar al número que me permita decidir si comprar o no comprar.



Bien, siendo esto así es necesario buscar otras soluciones. Entonces vamos por la parte emotiva. Muchos pueden pensar que el ser humano compra por impulso, lo cual en la mayoría de los casos es cierto, o por necesidad, lo cual también es cierto. ¿Pero, cuál es el punto óptimo en el cual se debe parar de comprar?



Esto no nos lo resuelve la teoría tradicional, quizá nos lo resuelva la sicología. Darle al individuo puntos de decisión donde se pregunte si seguir o no seguir, es una buena estrategia. Uno de los ejemplos que más simplificación me ha enseñado sobre esto es el de las palomitas de maíz en el cine: si le dan un tarro gigante de palomitas de maíz, así usted sepa que comérselas todas no es bueno ni saludable, es muy probable que termine vacío. Si ese mismo tarro se lo dividen en partes, es muy probable que cada vez que termine uno de los paquetes pequeños, se pregunte si vale la pena seguir comiéndose el siguiente. La respuesta, en la mayoría de los casos, será que no.



Eso es lo que se llama puntos de decisión. Es decir, donde el individuo tiene que tomar decisiones de seguir o parar.  En finanzas y, especialmente en ahorro, los puntos de decisión pueden venir dados por la división de recursos entre diferentes tipos de productos de inversión o cuentas bancarias. Al igual que en el ejemplo de las palomitas, si usted tiene todo en una sola bolsa (cuenta), puede suceder que la misma termine vacía. Pero si usted tiene una cuenta, un fondo de inversión colectiva y otro producto financiero, es bastante probable que si una de ellas termina vacía, piense antes de vaciar la segunda y tercera. Al igual que no se come las palomitas cuando están divididas, no se gasta todos los ahorros cuando los mismis established divididos.