Tasa de interés negativa en Europa
La
decisión del Banco Central Europeo, de incluir una tasa de interés negativa,
tiene una gran justificación de fondo: desestimular el ahorro, daño paso a la
posibilidad de compra. ¿Esto no parece ilógico?, sería la pregunta que se hace
cualquier persona del común. La respuesta, en este caso, es que no.
Si
bien la economía es una ciencia que se basa en preceptos que muchas veces
parecen absolutos, la verdad es que todo tiende a ser altamente relativo. Es
cierto, y muchas veces lo hemos escuchado, que el ahorro es la base de la
inversión futura, y que algunos de los desequilibrios más grandes provienen
cuando una economía, teniendo que financiar muchas cosas, se encuentra sin
ahorro. Por eso, nos venden como el mundo ideal el nivel de ahorro de las
sociedades asiáticas, que es lo que les ha permitido sustentar los altos
niveles de crecimiento en los últimos 30 o 40 años.
Eso
que acabo de explicar es cierto, más sin embargo la historia de Europa se parce
más a Japón que a la de Corea del Sur. Ante una perspectiva de deflación
(inflación negativa), el consumo se resiente y salir de esto toma tiempo,
dinero y un gran esfuerzo. Cuando los precios cambian de forma negativa, parece
un buen mundo pero en realidad es muy malo: si mañana algo vale menos que hoy,
qué incentivo se tiene a comprar hoy? Y si pasado mañana, algo vale menos que
mañana, qué incentivo se tiene para comprar mañana? Si esto se sigue repitiendo indefinidamente,
se entenderá que no hay compra hoy ni mañana ni pasado mañana, y así
sucesivamente.
En
sociedades que demográficamente se están envejeciendo, como Japón y Europa, el
efecto es más marcado pues, por definición, los viejos son menos impulsivos
(salvo excepciones) a comprar que los jóvenes. Así, mientras el joven quiere lo
último disponible, el viejo es mucho más medido en estos temas (basta poner un
ejemplo que se puede ver en la calle de cualquier ciudad: miren los teléfonos
móviles de viejos y jóvenes a ver quiénes tienen el último modelo).
Por
tal razón, evitar a toda costa una deflación parece que es lo que se propone el
BCE. Y si bien el ahorro es importante, lo es aún más el hecho que el consumo
representa, para una economía como Europa, entre el 65% y 70% de su Producto
Interno Bruto. Es decir, si muere el consumo dinámico, preocupémonos por un
buen rato de Europa, así como Japón no pareció dar muchas señales de vida
durante más de 20 años. Si no lo creen, miren cuánto era l nivel del índice
Nikkei en 1990 y miren cuánto era 20 años después. Y solo para aclarar: un
índice accionario refleja el valor de las empresas que lo componen. Menor
índice, menor valor de las empresas. Así
de sencillo.
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