La fuerza del escenario por defecto
Es curioso encontrar cómo la condición humana es indiferente entre sociedades, culturas, países, entre otros. Uno de los más recientes estudios que he leído, muestra el efecto positivo que sobre el ahorro en Dinamarca tuvo un proyecto de débito automático implementado como un caso de análisis. Para ponerlo en contexto, Dinamarca provee algunos beneficios tributarios al ahorro, más sin embargo el grupo de investigadores encontraba que la dinámica no era como se pudiera esperar bajo esos términos.
La intervención sobre el grupo de estudio consistió en hacer una transferencia automática a un fondo constituido con una finalidad específica. Los resultados no pudieron ser más alentadores: el ahorro tuvo un incremento sustancial, y la conclusión lógica del estudio es algo que todos suponemos pero que con algo de rigor científico queda demostrado: el escenario default (el escenario que toca por defecto) es el que mejor trabaja para el humano promedio.
¿Qué quiere decir esto? Básicamente que a una persona promedio le da pereza ir y ahorrar por su cuenta. Pero si el default es debitar automáticamente hacia un fondo, los resultados son totalmente contrarios. Esto se ha comprobado en muchos otros casos, algunos de los más famosos tienen que ver con las cuentas 401k en Estados Unidos —las personas generalmente se quedan en el perfil de riesgo de la cuenta que les asignaron por default— o con casos como la diferencia entre países en la donación de órganos: en países donde es alta la proporción de personas que donan, el default es que todos son donantes; mientras en países donde el porcentaje es bajo, el default es no donar.
Está comprobado, hasta la saciedad, que al humano promedio le da mucha pereza ir y cambiar el default, razón a la cual las intervenciones de política pública más exitosas a nivel internacional han estado asociadas a cambios de lo que le llega a las personas por default.
Encima a esto, si se ponen algunas restricciones al cambio del escenario básico, se logran intervenciones muy potentes. Porque más allá de las quejas que siempre vendrán de algunas partes, cuando la política está bien establecida y existen ganancias de la sociedad como un todo, los individuos tienden a aceptarla sin reparos en el mediano plazo. El caso de estudio del ahorro en Dinamarca muestra lo positivo de cambiar escenarios básicos y cómo puede contribuir al bienestar común (en un país que sus índices de bienestar ya son, de por sí, amplios).
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