A Scott Weiland (y al mercado
autodestructivo)
Conocimos la noticia de la muerte, a los 48 años de edad, de Scott
Weiland, antiguo líder de la banda Stone Temple Pilots. Los que vivimos la
adolescencia en la década del 90, sabíamos perfectamente la existencia de
Weiland, pues tenía una voz inconfundible que convirtió, a los Pilots, si no en
una banda legendaria, sí en una banda insignia del denominado ‘grunge’, al lado
de Nirvana y tantas otras.
Scott Weiland quizá representaba el mayor espíritu de ese movimiento de
los noventa, que se caracterizaba por su lado depresivo, autodestructivo, donde
los excesos de droga y alcohol eran una constante; pero también que eran
músicos con talento, quienes en su comportamiento estaban enviando el mensaje
de que el mundo en el que se encontraban no era el lugar en el que querían
estar.
Pongamos en contexto a los que no conocieran a Weiland para que
entiendan el problema que él representaba: años después de terminar con Stone
Temple Pilots, formó, junto a Slash (guitarrista de Guns & Roses) una banda
llamada Velvet Revolver. El resultado, es que el propio Slash no se lo aguantó,
y la banda terminó disolviéndose (pongan atención en lo que les dijimos: ¡Slash
no se lo aguantó!).
Bueno, dejando de lado a Weiland y su vida (y muerte), se me ocurrió al
recordar lo de vida autodestructiva un comportamiento de los mercados
financieros, y es que a pesar de que puedan existir muchas razones para que no
se comporten como a veces se comportan, lo cierto es que a veces los mercados
parecen tener desempeños autodestructivos. Al igual que un cantante grunge, el cual desde la barrera unos los ve como faltos
de razones para comportarse de la forma en que lo hacen, a veces los mercados
nos parecen igual: no parecen tener razones para hacerlo, pero aún así,
terminan autodestruyéndose.
Cuando uno piensa en
autodestrucción, inmediatamente se viene a la mente el lado negativo, pero a
veces el lado autodestructivo es todo lo contrario, es un exceso de optimismo
que concluirá en una historia muy mala; esto generalmente lo denominamos
burbujas. Podría ser que efectivamente termine autodestruyéndose, es decir,
siendo la etapa previa.
En general, los mercados son un conjunto de actores que compran y venden
activos financieros y el comportamiento de los mercados es el resultado de lo
que sus actores hacen. Generalmente la autodestrucción del mercado refleja ventas
masivas, desordenadas, salidas en masa de inversionistas que salen corriendo.
Podríamos decir, que al igual que los músicos grunge, los inversionistas autodestructivos afectan su riqueza por
salir cuando no deben y entrar cuando tampoco tienen que hacerlo.
Paz en la tumba de Scott Weiland y prudencia a los mercados
(inversionistas) autodestructivos.
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