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domingo, 31 de diciembre de 2017

Mi vida en los años terminados en 8

Unas noches atrás, en medio del insomnio, empecé a pensar en las coincidencias que han acompañado los años terminados en ocho (8) desde que tengo uso de memoria. En particular, tres cosas han sido comunes a esos años: crisis, retos y una nueva silla. Les voy a contar un poco, para que vean las coincidencias.
Es más sencillo comenzar por las crisis, y aquí vamos: no creo que deba ahondar mucho en lo sucedido en 2008; sin embargo, para los que no lo tienen tan claro, un recuento muy sencillo comienza por un enero en el cual, por primera vez en la historia, una entidad tan prestigiosa como Merill Lynch daba pérdidas, lo que llevó a un inicio de año muy movido (enero de 2008); luego en marzo, JP Morgan compraba a una emproblemada Bear Stearns, y, finalmente, un 13 de septiembre nos despertábamos con la noticia de que Lehman Brothers quebraba. Lo demás, es historia ampliamente conocida.
Diez años más atrás, es decir, en 1998, teníamos temas como la crisis rusa, la quiebra del fondo de inversión Long Term Capital Management (LTCM), entre otras cosas. Y en 1988, no tengo mucha memoria, aunque me imagino que aún, por lo menos para los que estamos en el sector financiero, que el mundo vivía aún las secuelas de la gran caída de la bolsa norteamericana en noviembre de 1987. En ese año, mi recuerdo más vívido, tiene que ver con el boxeo (Miguel “El happy” Lora y Eliecer Julio, éste último en los juegos olímpicos de Seúl) y con el fútbol local (no entraré en mayores detalles).
Ahora vamos con los retos, que tienen que ver, a su vez, con lo que me he dado en llamar en encontrarme, en estos años ochos, en una silla diferente a la que tenía el año inmediatamente anterior. Aquí sí iré en orden cronológico: en 1988 entraba al primer año de bachillerato (exacto, en esa época no era sexto, era primero de bachillerato), por lo que me encontré, claro está, sentado en la escuela secundaria (la nueva silla) con un reto grande por delante: mi colegio tenía una característica especial, y es que en primaria utilizábamos uniforme, un saco gris con camisa blanca, pantalón azul y zapatos negros; sin embargo, al entrar a bachillerato, ya podíamos irnos vestidos como quisiéramos (lógicamente, dentro de unas normas preestablecidas), y ya adivinarán que, para un preadolescente, vestirse diariamente de la forma que quisiera, era un reto, a veces una pesadilla (especialmente para mis padres), lo cual, sumado al hecho de estar en bachillerato, podría llegar a ser un espectáculo particular. Bueno, esa es la historia a mis 11 años ( y comprendan que para alguien de esa edad, este tipo de cosas pueden ser un reto importante).
En 1998 la historia ya es un poco más compleja, y es que se acabó mi vida universitaria. De repente, en 1998, estaba en un reto, buscar trabajo, y en una nueva silla, la del desempleo temporal (afortunadamente, es temporal). Así, sin mayores detalles, se resume mi vida hace casi 20 años.
Y 2008, fue bastante dinámico: ya les hablé de la crisis financiera, y entenderán que, para alguien que se dedica a la investigación financiera y a tratar de anticipar los movimientos de los mercados financieros, ese año fue, digámoslo, muy “interesante”. Pero sobrevivimos, y, podemos decir, nos fue muy bien, tanto así que salimos fortalecidos de dicha experiencia. También tuve una nueva silla, que fue casi que un sofá, porque fue doble silla: de una parte, desde ese año funciona a pleno un área (en ese momento cero kilómetros que tuve el honor de crear) dentro de la compañía en la cual trabajo que sigue y que se ha fortalecido; y de otra, tuve un negocio nuevo (emprendimiento, que llamarían ahora). Como se observa, retos por montones y unas nuevas sillas.
Para no aburrirlos y no extender la historia, la conclusión es sencilla: si se mantiene el patrón de los últimos 30 años, de cada año que termina en ocho (se descarta 1978, porque no recuerdo mucho, aunque de seguro algo emocionante sucedió) , este 2018 que apenas va a comenzar tendrá una crisis (financiera), me traerá un gran reto y me encontrará, de alguna forma, en una nueva silla…qué será y en qué forma vendrá? No lo sé, muy complejo decir cómo, cuándo y de qué forma pasará; pero una cosa es segura: todo será para mejorar, aprender y ser un mejor ser humano, tal como lo han hecho conmigo 1988, 1998 y 2008… 

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